Se ha tornado, prácticamente, imposible no hablar del arribo de San Lorenzo a la Liga Nacional y las consecuencias que generó en la competición. Los títulos obtenidos en la temporada 2016-2017 y en la 2017-2018 sólo fueron la confirmación del proyecto ambicioso que empezó Marcelo Tinelli y que prosiguió con una serie de amistosos internacionales: enfrentó a Toronto Raptors, al Real Madrid y al Barcelona. ¿Porqué el periodista comenzó hablando del "Cuervo de Boedo"? La razón se debe a que es el candidato número uno a quedarse nuevamente con la Liga Nacional y porque demostró un mejor andamiaje de equipo, más allá de la gran caja presupuestaria que maneja. Si la cuestión económica no está ligada a un buen juego y a una consecución de los objetivos planteados, todo queda en una mera banalidad. Y San Lorenzo fue un justo campeón por haber mantenido una regularidad importante en el juego, por haberse sobrepuestos a las dificultades propias del calendario basquetbolístico y por mantener un alto ritmo de competencia. 

"No hay equipo malo en la actual edición de la Liga Nacional", opinó Ricardo De Cecco, coach de Salta Basket. Y la verdad es que tiene mucha razón.Sin ir más lejos, su equipo le jugó de igual a igual a San Lorenzo y quedó a tiro del triunfo, si no fuera por la calidad y el oficio de los jugadores de Boedo. La aparición de planteles como Hispano, Estudiantes de Concordia, Weber Bahía, Comunicaciones y Salta Basket no sólo expresó el incremento del nivel de federalismo de la competición, sino que engalanaron a la Liga Nacional y demostraron mucho hambre de gloria en competiciones como la Liga Sudamericana y en los últimos partidos de la bendita Liga Nacional. La frase de De Cecco explica el auge de los equipos del interior y su constante validación en cada uno de los juegos. 

Lo anteriormente mencionado explica el apoyo sociopolítico que recibe cada uno de estos equipos, si se tiene en cuenta que provincias como Salta, Corrientes, Santa Cruz no tienen una gran tradición basquetbolera, pero si posee un apoyó político importante, pensando en el largo plazo. A cada uno de los gobernadores les sirve impulsar este tipo de políticas para que repercuta en el estamento social y eso se traduzca en una práctica deportiva habitual y aglomerar a todos los ciudadanos detrás de un proyecto. La clave, y más en estos tiempos donde el deporte ha adoptado una postura exitista y con poca contemplación hacia los procesos, es apostar al largo plazo y a la mera constancia. Un ejemplo de ello son Quimsa y Olímpico, que vienen trabajando desde hace mucho y que en poco tiempo se situaron en la primera plana de la Liga Nacional.

En cuanto a los candidatos a obtener la máxima estatuilla, figuran Atenas que demostró un gran volumen de juego y un juego en equipo que se moldea partido tras partido; en ese mismo lote aparecen San Martín de Corrientes, Ferro, La Unión de Formosa, Instituto y el Super San Lorenzo de Marcelo Tinelli. El cuadro basquetbolístico puede variar porque los equipos deben superar la epidemia de las lesiones, las altas temperaturas, demostrar solidez en todos los partidos y calidad en el parqué. Esto no se logra de un día a otro, sino que consiste en un proceso donde el trabajo arduo es el denominador común.

La Liga Nacional crece a pasos agigantados en todos los ámbitos ya sean como organización, en la difusión, en los múltiples canales para observar las alternativas de cada uno de los juegos y en el marketing. Eso la hace digna de haber dado a luz a la Generación Dorada.