El estadio Osvaldo Casanova lució colmado. El público bahiense, con un paladar exquisito en lo que a básquetbol se refiere, aguardaba expectante el partido porque el conjunto de Sebastián Sepo Ginóbili necesitaba ganar el encuentro para seguir escalando posiciones y para detener a un Quimsa que, poco a poco, se va afianzando en la Liga Nacional. La parcialidad de Bahía Basket se siente identificado con este equipo no sólo en cuanto a resultados, sino porque sostiene un proyecto a largo plazo para generar una infinidad de juveniles que se destaquen en el plano nacional y sean convocados a la Selección Argentina. El papel que cumplen Juan Ignacio Sánchez y Juan Espil pilotean un ambicioso proyecto que, en la temporada anterior, encontró su correlato con el gran rendimiento del plantel de la Liga Nacional.

La fricción, el roce físico, el juego en pocos espacios y la efectividad en triples fueron los puntos más salientes y una moneda corriente en el desarrollo del juego. Ambos protagonistas tuvieron un 52% de efectividad en triples a lo largo del encuentro.

En el preámbulo, los dos equipos tuvieron poca movilidad e incurrieron en errores no forzados, ocasión que fue aprovechada por el conjunto local que marcó un parcial de 5-0 al haber implementado una intensidad defensiva que dejó sin oxígeno a Quimsa. Este contexto de juego fue un disparador para que Torin Francis, Novar Gadson y Leonel Schattmann establecieran tres "frentes de batalla" y empataran el partido.

El segundo chico no se diferenció mucho del primer cuarto. Es más, ambos equipos tardaron en marcar y tuvieron que pasar dos minutos para convertir en el cesto. En ese sentido, Gadson siguió dulce desde el perímetro y, para mala suerte de los bahienses, se sumó Jeremiah Massey. El ex jugador del Real Madrid golpeó fuerte su rodilla derecha, salió lesionado y no tuvo otra que dirigirse al vestuario para verificar el grado del golpe. A pesar de eso, Quimsa golpeó a Bahía Basket con un parcial 6 a 0, fruto de un 50% en triples ante un pésimo y autodestructivo 18% de efectividad en el perímetro. Sin embargo, los rebotes y la buena rotación de balón le permitieron a los locales cerrar de buena manera el primer tiempo y seguir en partido.

En el complemento, los dirigidos por Sebastián Ginóbili se dedicaron a realizar jugadas con mucha profundidad y a sacar tajada de la línea de libres. El vértigo, las posesiones cortas y la presión a la pelota fueron un denominador común y en ese contexto apareció Hernán Jasen como puntal de la reacción bahiense. Quimsa, por su parte, respondió desde los tres puntos a través del buen partido de Sebastián Vega y una más que interesante actuación del ex player de Gimnasia de Comodoro Rivadavia, Leonel Schattmann

El último cuarto fue testigo del desquite. ¿Que hizo la escuadra santiagueña para poner cifras definitivas al juego? La respuesta es sencilla, aunque difícil de cristalizarla en un partido complejo: la plantilla de Santander encontró comodidad para jugar, mantuvieron la diferencia de puntos y aplastaron todo tipo de reacción bahiense. Así, La Fusión concretó su quinta victoria consecutiva y le avisó a San Lorenzo que está dispuesto a pelearle palmo a palmo la corona de la Liga Nacional.

Las estadísticas del juego