En el mítico estadio de Obras Basket, lugar consagratorio de grandes hitos basquetbolísticos de la Liga Nacional, se encontraron dos equipos que, por actualidad y por historia, siempre estuvieron cerca de los puestos de vanguardia y de luchar por cualquier estatuilla del básquetbol de la República Argentina. Dos parcialidades. un partido. Un objetivo que fue más allá de la parafernalia marketinera que tuvo esta Supercopa, un estadio que estuvo iluminado no sólo por ambas hinchadas, sino por todos los fanáticos que enriquecen cada vez más este certamen liguero y una sensación que viene creciendo, puntualmente, en Capital Federal: el básquetbol. A sabiendas de que el fútbol es amo y señor de todas las pasiones, la anaranjada pudo hacerse un lugar en la abultada agenda deportiva. La llegada de San Lorenzo a la Liga Nacional hizo un "click" en la sociedad capitalina y empezó a ver con más detenimiento la irrupción de este equipo. Capital Federal se cansó de ser mero espectador de la consagración de otros equipos, mayoritariamente del interior, que pisaron fuerte y que su poderío se asemejaba al de una superpotencia mundial. Sin entrar en la dicotomía interior- Buenos Aires, San Lorenzo es el depredador de sueños, es un monstruo insaciable y que se "alimenta" de títulos. Ayer, no fue la excepción y Regatas lo sufrió. Pero, los correntinos, como suele suceder, desplegaron toda su artillería pesada e hicieron trabajar al Cuervo de Boedo como para vender cara la derrota.

El conjunto dirigido por Gonzalo García debía suplir las ausencias de Nicolás Aguirre y Selem Safar (ambos con severas molestias). Mientras que el combinado correntino llegó con todos los soldados disponibles a la máxima cita liguera. San Lorenzo comenzó el juego con José Vildoza que se hizo cargo de la base, como escolta estuvo Marcos Mata, Gabriel Deck se ubicó como alero, Mathias Calfani fue el ala pivote y Javier Justiz Ferrer fue el pivot. El quinteto inicial de Regatas Corrientes fue integrado por: Santiago Vidal en la base, Paolo Quinteros como escolta, Alex Harris se colocó como alero, Fabián Ramírez Barrios fue el ala pivote y el pivote fue Javier Saiz. 

En líneas generales, el partido se jugó con un ritmo importante de juego a través de las buenas incursiones en el canasto tanto de Gabriel Deck como de Paolo Quinteros. La plantilla sanlorencista fue adepto del ataque en transición, aunque los visitantes se hicieron sentir a través de las buenas tareas de Trebucq y Giordano, sumada a algunas bombas del francotirador de Colón, Paolo Quinteros. 

En el segundo cuarto, San Lorenzo tambaleó duramente por el gran pasaje defensivo de los litoraleños, la eficaz conducción de Santiago Vidal, las conversiones de Ramírez Barrios y por el tremendo cerrojo defensivo que impuso un "muro" en la pintura y eso imposibilitó a San Lorenzo marcar diferencias en zonas cercanas al cesto. En ese sentido, fue todo mérito de Regatas porque tuvo que sobreponerse a las ausencias de Fernando Martina y Chevon Troutman. Sin embargo, ni lerdo ni perezoso, los locales aprovecharon la buena estadía de Deck en el juego y eso le permitió acortar la brecha de puntos y se ubicaron 38 a 35.

El complemento estuvo signado por una buena tarea de los Azulgranas en los rebotes, algo que resultó fundamental conjuntamente con la eficiencia desde el perímetro que mostraron Marcos Mata y José Vildoza. Regatas se sintió superado en esos aspectos y comenzó a declinar su rendimiento. Esto fue rápidamente aprovechado por los capitalinos que pusieron el marcador 58 a 46 a su favor.

Claves del juego

La clave que le permitió a San Lorenzo quedarse con la victoria fue la gran eficacia que mostró en el ataque en transición y en el contraataque, con el aporte de los mencionados Mata, Vildoza y también se sumó el capataz Darquavis Tucker. Por su parte, y al ver que no encontraba respuestas en sus dirigidos, Gabriel Picatto decidió poner a los suplentes y no sumar más lesionados a la tripulación. Allí apareció la figura de Juan Pablo Arengo

San Lorenzo fue mucho más constante en su reacción y mantuvo argumentos sólidos en lo estrictamente basquetbolístico mediante las buenas tareas en el juego interno, con un intratable Deck (jugador apto para los contrataques), el buen traslado de José Vildoza. En otras palabras, el Cuervo de Boedo suplió de gran manera las bajas de Nicolás Aguirre y Selem Safar

El talón de aquiles de Regatas fue el juego interno ya que mostró ventajas en el box-out (rebotes) y eso permitió segundas y terceras oportunidades para los dirigidos por Gonzalo García. Tampoco fue notorio y profundo en la zona interna.

 

Las mejores jugadas del partido

Jugadón del "Pepo" Vidal

 

Estadísticas del juego