Terminó la pelea con claros signos de cansancio. La boca muy abierta, los pies con poca movilidad, los brazos a media altura. Sin embargo, poco de eso importó. Jaime Munguía (30-0, 25 KO) logró retener el cetro mundial súper welter OMB. Lo hizo tras un combate que lo obligó a esforzarse mucho más de la cuenta, ante el inglés Liam Smith (26-2-1, 14 KO).

La pelea comenzó de la manera que el público mexicano esperaba. El campeón Munguía valiéndose de violentos golpes, furiosos, apuntando a toda la humanidad del retador. Smith, por su parte, prefirió valerse del contragolpe, algo que le trajo buenos réditos a lo largo de toda la contienda.

En el segundo asalto, Smith logró conectar más golpes. Más importante, provocó errores de precisión en su rival, lo que lo fue poniendo nervioso a medida que fueron pasando los minutos y los asaltos.

Llegó el tercer round, quizás el mejor de la pelea para Smith. Siempre acortando distancias y logró hacer fallar mucho a su rival. Además, conectó buenos golpes, el más común siendo la derecha recta, anticipando los ataques de Munguía.

Pero algo le deben haber corregido al mexicano en su rincón antes de salir al cuarto asalto, pues casi que se vio a otro boxeador. Mucho más prolijo y activo, Munguía encontró frecuentemente tanto el cuerpo como la cara de su rival, a quien de aquí en adelante castigó sin cesar hasta el último segundo del combate.

En la sexta vuelta, por fin pudo el campeón conectar con absoluta claridad a su rival. Un zurdazo cruzado impactó de lleno en la sien de Smith, lo que lo dejó tambaleante, y en la lona pocos segundos después. No obstante, otra vez la ansiedad del mexicano le impidió liquidar la faena, ante un Smith que supo manejar la adversidad para salvarse de perder la pelea en ese momento.

Este pasaje, entre el cuarto y el séptimo asalto, fueron de lo mejor que se vio de Jaime Munguía. Logró conectar con facilidad y claridad a su rival. Pero más importante, siempre dejando la sensación de que cada uno de sus golpes surtía gran efecto en Smith.

Siguieron pasando los asaltos, y la tónica de la pelea se mantuvo siempre. La potencia de los golpes del campeón siempre lograron marcar la diferencia a su favor. Pero Smith siempre hizo todo lo posible por ensuciarle la pelea, cosa que logró por momentos. Acortaba las distancias, dejando sin efecto la mayor estatura del mexicano. Así, Munguía mostró cierta frustración ante un rival que se mostró muy evasivo, difícil de pegar.

Durante los últimos dos rounds es cuando se vio la peor versión del joven campeón, que esta noche materializó su primera defensa del cetro. Se lo notó cansado, con los pies duros. Y con una defensa defectuosa Smith logró conectar buenos golpes, mas no lograron dañar realmente a Munguía.

A pesar de que tuvo que trabajar en tiempo completo, la victoria del campeón fue indiscutible. Hubo desprolijidad, y se lo notó ansioso y frustrado por momentos por no poder dormir a su adversario. Al final de la pelea, las tarjetas fueron: Tim Cheatham, 116-111; Eric Cheek, 119-108; Dave Moretti, 119-110.

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Sobre el autor
Ramiro Digier
Estudiante de periodismo deportivo en ciudad de Santa Fe. Amante del boxeo, fútbol y rugby.