Pablo Zabaleta llegó el pasado domingo a la Argentina y visitó su Arrecifes natal, donde colabora para que en el club en el que se inició, Obras Sanitarias, funcione una moderna escuela de fútbol a la que han decidido ponerle su nombre. Gracias al aporte del defensor del Manchester City, se está colocando césped sintético en una cancha de la entidad arrecifeña que lleva los colores azulgranas.

Son los mismos colores que los de San Lorenzo de Almagro, adonde Zabaleta emigró luego de jugar en las divisiones menores de Obras. En el club de Boedo estuvo nueve años y allí debutó en Primera división. También se hizo hincha del Cuervo. Hoy se siente orgulloso por la repercusión que le ha dado al club la pública manifestación del Papa Francisco de su amor por el Ciclón.

"La repercusión que tuvo lo del Papa es impresionante. De por sí es grandioso para los argentinos que el Sumo Pontífice sea un compatriota. Y para mí, mucho más que sea de San Lorenzo, ja", asegura Pablo.

"A partir de eso, en el City mis compañeros me empezaron a preguntar por San Lorenzo, y yo me agrando cuando les cuento que jugué nueve años en ese club", agrega. Y sostiene que la fama del Ciclón comenzó a crecer en forma increíble desde la asunción de Francisco. "Va a ser un antes y un después para el club. Ahora todo el mundo va a estar pendiente de cómo le va al equipo del Papa".

Zabaleta, que este viernes jugará contra Venezuela por las Eliminatorias, manifestó además sus ganas de volver algún día al club de Boedo. "Me gustaría mucho, en un futuro. Pasé momentos muy lindos allí y me hice hincha de San Lorenzo. Sería hermoso poder volver y jugando en Avenida La Plata. Por eso también colaboré comprando una parte del predio mediante el fideicomiso, que es una gran oportunidad que nos brindan a todos los que queremos al club y soñamos con la vuelta a Boedo".

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