Lo que parecía un sueño, hoy parece una realidad. Es que el delantero, ex Inter y Birmingham, hoy se encuentra en juicio con el club dueño de su pase (se resolvería el 10 de junio) y podría quedar en libertad de acción. La idea de Maurito es llegar con el pase en su poder a Liniers y sentarse a negociar con los dirigentes, aunque ya hubo un acercamiento: su hermano y representante Rolando estuvo en la Villa Olímpica de Parque Leloir, viendo el entrenamiento y conversando con Bassedas, manager del club. Entre charlas de fútbol, surgió la propuesta (por ahora, informal) de que el menor de los Zárate vuelva a calzarse la V Azulada. Económicamente, dependería de las salidas de Gago (por su alto contrato) o las transferencias de Peruzzi o Ferreyra, los más solicitados. Deportivamente, cierra por todos lados.

A los veinte años, se fue al Al-Sadd, de Qatar, en un traspaso récord para el Fortín: 22 millones de dólares. De allí pasó cedido al Birmingham de Inglaterra, donde jugó 14 partidos y convirtió 4 goles. Su buen rendimiento hizo que el Lazio italiano se fijara en él, a mediados de 2008. En 2011 emigró al poderoso Inter, a préstamo por seis meses. En 31 partidos alternó buenas y malas y convirtió tres goles. Al volver, sólo disputó 7 partidos con los biancocelesti. El lunes, en una nota con Dale Fortín Radio manifestó su deseo de reencontrarse con Alejandro Cabral y Juan Sills, con quien mantiene una buena relación. Descartó jugar en el país si no es en Vélez: "Tuve ofertas para ir a otro equipo de Argentina pero respetuosamente dije que no". Y respecto a su estado físico dijo: "Hace 4 días empecé a trabajar en lo físico con mi profe para estar 10 puntos para estar en una cancha".

“Soñar no cuesta nada “, dijo un sabio alguna vez. Y en Liniers sueñan con esas gambetas endemoniadas, esos lujos productivos y esos goles añorados. La chance es concreta, en unos días se sabrá el desenlace.