Y un día el televisor se apagó, la radio cambió de frecuencia y en el lugar de cábala ya no está aquella vieja camiseta de color granate. Sobre la mesa, casi como un escenario post guerra, solo quedan algunos restos de pochoclos y una vela consumida.  El ambiente parece estar encuadrado en un marco de soledad, pero todo indica que horas antes alguien estuvo ahí, alentando a su equipo hasta último momento. El torneo llegó a su fin y la novela de Lanús también.

La atrapante historia comenzó en febrero de este mismo año, cuando el radiante sol veraniego obligó a los hinchas a sacarse la camiseta y revolearla con pasión. Y así de caliente también fue el arranque de Lanús, porque en sus dos primeros partidos convirtió siete goles, (4 a Colón y 3 a Newell’s), respectivamente. Después le ganó a Vélez, empató con Racing y recién en la quinta fecha, ante Arsenal recibió su primer gol (2 a 1).

Aquella sorprendente dósis de alegría le permitió a los fanáticos supersticiosos dibujar en su mente una ilusión. En Mendoza, los Granates vencieron a Godoy Cruz y en el sur igualaron con Quilmes, luego no se sacaron ventajas con Boca y en la fecha nueve le ganaron 2 a 1 a All Boys. Terminaron en cero con Unión y finalizaron 1 a 1 contra Atlético Rafaela, para luego conseguir otra victoria ante Argentinos Juniors.

A partir de ahí ya nada volvió a ser como al principio y todo fue un problema para el Grana. No solo que perdió la punta sino que además cosechó dos empates consecutivos ante Independiente y Tigre, cayó con San Martín en San Juan e igualó con Belgrano, para luego ser derrotado por Estudiantes, en un encuentro que tuvo que ser reprogramado un par de días después por incidentes.

Un párrafo aparte merece la goleada a River, que sin lugar a dudas fue la mejor participación de Lanús en el torneo. Lo acribilló con 5 golazos y le dejó una puerta abierta a todos los hinchas Granates, que con la calculadora hicieron interminables cuentas para ver si era posible el pasaje a la felicidad, o mejor dicho a la obtención del título.

El último partido del campeonato lo jugó con San Lorenzo e igualó 2 a 2, dejando un desenlace de ocho enfrentamientos ganados, nueve empatados y tan solo dos perdidos, como así también una cifra notable de 26 goles a favor y apenas 14 en contra, logrando ser la segunda valla menos vencida, detrás de Belgrano (13).

A lo largo de la competencia, Lanús consiguió el tercer puesto, detrás de River y Newell’s. Fue puntero durante varias fechas, sostuvo un invicto de 15 partidos, quedó eliminado de la Copa Argentina  y llevó a cabo esta historia que mantuvo atrapado a miles de espectadores.  Para algunos dejó mucho que desear pero para otros concluyó con un final feliz. Lo cierto es que con la gran campaña que hizo clasificó a la Copa Sudamericana y Barros Schelotto espera traer refuerzos. Tras el rotundo éxito de esta novela ¿Habrá una segunda temporada?