Y un día tenía que llegar. Después de tanta espera y angustia, el gol apareció. Tal vez con uno de los autores menos pensados. La fija era la dupla Castillón-Óbolo, pero el gritó que hizo explotar a todo el Malvinas Argentinas lo trajo la cabeza de Jonathan Ramis. La apuesta de Martín Palermo al sacar la carta y explosión que tiene el ‘Expreso’ por quién sería el jugador de la tarde, le salió. Y muy bien. Se quedaron los tres puntos en Mendoza. Pero, ¿fue merecido?
Un partido chato, casi sin emociones. Con errores graves por parte del árbitro, sí, algo a lo que Godoy Cruz debe de empezar a acostumbrarse viniendo de éste fútbol argentino. En cancha se vio a un ’Tomba’ desanimado, sin ideas, ordenado pero sin poder llegar a desnivelar a un Colón que nunca pudo demostrar el juego con el cual derrotó a River Plate en el monumental y a Rosario Central en Santa Fe.

Ahora se va por San Lorenzo. Un equipo más que golpeado por la eliminación en Copa Sudamericana y por la pérdida de su as en el área: Martín Cauteruccio. Es un equipo que perdió un pilar pero soldados le sobran. El conjunto de Pizzi tiene jugadores que no perdonan y el ataque ‘tombino’ debe estar fino y certero como pocas veces.

Se logró la victoria de arriba. No se consiguió en ningún momento la superioridad que se demostró en el final del torneo anterior y lo que va de éste campeonato. Pero se ganó. Y en este momento, es lo que importa. Se revalidó el punto conseguido en La Plata contra Gimnasia y poco a poco puede ir escapándole a la zona roja del fondo. A no fiarse. Godoy Cruz es de los mejores equipos del campeonato aunque no puede demostrarse en los marcadores y la tabla de posiciones. Godoy Cruz tiene, puede y debe lograr afianzarse con victorias. El equipo está. Sólo le falta afinarse arriba para poder lograr ahuyentar a los fantasmas del Nacional B a como de lugar.

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