Quizás hoy prenda el televisor y lo encuentre a Independiente jugando en otra categoría, una categoría que no merece, pero que le dio asilo a este club destrozado. Y digo destrozado porque así quedó, por la culpa de dirigentes ineptos y otras autoridades que se encargaron de llenarse de plata los bolsillos en vez de priorizar la sonrisa del hincha y el sentimiento por la camiseta.
De chico aprendí un versito: “Micheli, Cecconato, Bonelli, Grillo y Cruz”. Nunca supe de quienes se trataba porque sólo escuchaba a mi abuelo repetir esos apellidos constantemente. Pero cuando entré en razón descubrí que fueron buena gente, delanteros inolvidables y sobre todo unos jugadores que dejaron la vida y le dieron al Rojo el “buen fútbol” que años más tarde se hizo costumbre de la mano del Bocha o Bertoni.
¿Qué te hicieron Independiente? Se interrogan muchos. Y es una pregunta que tiene respuesta pero nadie se anima a decirla, o quizás ya no contestan porque se sienten indignados. Lo que le hicieron fue daño, mucho daño, y por eso no es raro que sus seguidores vivan de la melancolía o el recuerdo de viejos tiempos, cuando el fútbol era fútbol y no un negocio.
Quizás hoy prenda el televisor y lo encuentre a Independiente jugando en otra categoría. Pero al escribir estas líneas voy cambiando de opinión, porque se me abre la mente y le doy lugar a ese juego de antaño. Ese hermoso juego que alegró a más de uno. Entonces reviso el primer párrafo y le consulto a mi cabeza: ¿Es realmente un club destrozado? No lo creo, ya que 109 años de historia están por encima de los que le hacen mal. Porque como dijo Pablo Neruda: “Podrán cortar todas las flores, pero no detendrán la primavera”.
El aliento incondicional de su gente: