La misma ciudad que vio nacer al Che Guevara, a Lionel Messi y al Negro Roberto Fontanarrosa fue testigo de otro gran acontecimiento, casualmente formó parte de una fiesta literal. Y no es para menos, porque minutos antes de comenzar el choque entre Canallas y Granates ya se respiró fútbol, sobre todo en el estadio de Rosario Central, que repleto de hinchas con banderas flameando al ritmo de las típicas canciones de cancha alentaron en todo momento.

El partido comenzó y los dos equipos tardaron varios minutos en animarse a atacar. A los 20, una mano clarísima del defensor de Lanús Carlos Araujo en su área fue la que causó el penal para Central y eso desató la furia del arquero Agustín Marchesín, quien fue expulsado por realizarle un gesto antideportivo al juez de línea. Esa mala actitud llevó al entrenador visitante, Guillermo Barros Schelotto, a reemplazar a Cristian Pochi Chávez por el joven guardameta Esteban Andrada. Por su parte, el encargado de ejecutar la pena máxima fue Nery Domínguez pero su disparo se fue por arriba del travesaño.

Después de ese imprevisto, en el que fueron amonestados Araujo, por tocarla con la mano, y Leandro Somoza por protestar, todo fue más tranquilo pero Lanús sintió el peso de jugar con uno menos y sufrió demasiado el cambio de esquema. Ya que pasó de formar con un 4-3-1-2 a pararse en cancha con un 4-3-2, sin conductor en la zona ofensiva.

Por el lado de Central, los de Miguel Ángel Russo se mostraron más sólidos y contundentes pero se notó mucho la ausencia de un armador de juego que marque la pausa y le haga llegar la pelota a los delanteros Carlos Luna y Federico Carrizo. También cabe destacar que en la primera mitad ninguno de los dos se acercó al área rival y solo hubo unas pocas ocasiones de peligro, que fueron frustradas por los arqueros.

Ya en el segundo tiempo, se pudo ver a un Central afilado por los costados debido a las constantes proyecciones de Paulo Ferrari y de Rafael Delgado y como el visitante buscaba contragolpear, los locales se dignaron a ir de lleno por la victoria.

El primer cambio de Russo fue letal, porque a los 62 sacó a Antonio Medina por Franco Niell y unos segundos después, tras un centro de Ferrari, el Enano alcanzó a cabecear la pelota y puso el 1 a 0. Pero el Canalla se durmió y seis minutos más tarde Carlos Izquierdoz fusiló a Mauricio Caranta, quien dio rebote y se la dejó servida a Ismael Blanco, que sin dudarlo la mandó al fondo de la red e igualó el marcador.

El tiempo se fue consumiendo y cuando el encuentro iba en camino a finalizar en empate apareció justamente el ex Lanús Diego Lagos tras una jugada de pelota parada, que el mismo se encargó de peinar para sellar el 2 a 1 final y convertirse en el héroe de la noche.

El gol de la victoria: