Fue hace ya casi un año cuando Daniel Alberto Pasarella anunció con bombo y platillo la llegada de Ramón Díaz al banquillo de River Plate. El técnico más ganador en la historia del plantel de Nuñez volvía luego de ausentarse por más de una década con ‘El Millo’. Tras un amargo presente en aquel entonces, parecía que con la vuelta del DT que llevó a River a la pura gloria en los 90’s y a principio del 2000 todo iba a tomar buen curso otra vez en el entorno del equipo de ‘La Banda’.

Pero el equipo de Ramón no ha carburado. De hecho, ni si quiera tiene indicios de que comience a calentarse. Se desentiende de la pelota cada vez que intenta tenerla y se distorsiona de un partido cada vez trata de jugarlo. Y así nos hemos ido en los ya casi doce meses que ‘El Riojano’ ha estado dirigiendo en el banco del Monumental. Hay que decirlo, sin miedo: El equipo de Ramón, no juega bien al fútbol.

Tranquilidad es lo que Ramón clama domingo tras domingo cuando su equipo sigue sin jugar bien. Tranquilidad muchachos, porque Ramón ve un gran futuro para River o al menos eso es lo que él nos dice. Paradójicamente, el mejor entrenador de fútbol que ha tenido River Plate en sus 112 de vida y sabido hincha del ‘Millonario’, debería entender que el Club Atlético River Plate no puede esperar,  ni tener paciencia a nadie, mucho menos pedir tranquilidad. No. La grandeza de River no espera a nadie. Tienes que funcionar rápido, ser un ganador. Él debe de entenderlo mejor que nadie.

De nada sirve salir a jugar con gran ímpetu y ritmo los primeros minutos de un Súper Clásico, si no encuentras el gol y mucho menos ante un rival como Boca, que es muy improbable que no encuentre el acomodo en la cancha durante los siguientes lapsos del encuentro. Difícil.

El equipo de Ramón pagó durante el choque ante Boca Juniors, el no haber mostrado fútbol en muchísimo tiempo, pues quisieron hacer lo que desde hace mucho se les dificulta, y bastante: Ser intensos, tener el balón y marcar gol. Roma no se hizo en un día y el equipo de Ramón tampoco iba a jugar bien de la noche a la mañana, era imposible.

Un merecido Subcampeonato y actualmente en Cuartos de Final de la Copa Sudamericana son hasta ahora, los mejores logros del equipo de Ramón. Pero esa suerte para sacar resultados que llegó con él la campaña pasada, parece ser que poco a poco se termina.

Ramón deberá aceptar tarde o temprano que su equipo no puede hilar más de cinco pases. Que su equipo solamente llega al área rival a medida de empujones, nada de ideas claras. Que su equipo no tiene gol, y que Gabriel Mercado lleva más goles que cualquier delantero de River Plate. Tarde o temprano Ramón Díaz ha de aceptar que su equipo es impotente, impreciso e incapaz. Y claramente, sostener que existe un problema de funcionamiento en el campo. Mientras tanto, el equipo de Ramón seguirá derrochando falta de talento, fútbol  y calidad en todas las canchas del balompié argentino.

Dicen que cuando tienes un problema, el primer síntoma es la negación. Irónicamente, cuando te das cuenta del mismo y quieres por fin solucionarlo, el primer paso es la aceptación.

Aunque a fin de cuentas, River sigue estando en las mejores manos y habrá que confiar en ellas: Las de Ramón Díaz. Quizá sea él la única persona sobre la faz de la Tierra que merezca el beneficio de la duda mientras esté en el banquillo de River Plate. Se lo ha ganado.