El 2013 fue un año para el olvido por Isidro Casanova. Lejos de ascender, o siquera pelear por un lugar en la máxima categoría del fútbol argentino, Almirante Brown terminó lejos en la temporada y ya en el inicio del nuevo año en lo futbolístico, se encuentra con un panorama delicado: un plantel limitado y complicado por los promedios en la lucha por no descender.

Primer trimestre: Una pretemporada difícil y la ida de Giunta

Almirante no empezó el año de la mejor manera. La polémica se instaló en Casanova a partir del 2 de enero con el apartado del plantel de varios jugadores como Leonel Altobelli y Federico Carballo, de sueldos altos y no muy buenos rendimientos. Llegó José Luis García, a pedido de Giunta pero no se pudo poner al cien por cien en lo físico y el Mirasol lo sintió. Pasaron las fechas y la paciencia se empezaba a acabar. Almirante quedaba tempranamente eliminado de la Copa Argentina a manos del Deportivo Armenio en el estadio de Platense, en el que fue quizás el golpe más fuerte en los primeros meses del año, por penales luego de no poder doblegar al humilde equipo de la Primera B Metropolitana en los noventa minutos reglamentarios.

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Las chances se terminaron para Blas. Llegó la semana santa y un viaje a Mar Del Plata en el que se jugaba su última ficha. Sin embargo, el equipo no le respondió, cosechó tres goles en contra en la primera etapa y fue en el entretiempo de ese encuentro en donde decidió dejar su cargo, luego de 7 años y 7 meses. La floja respuesta de un plantel carísimo para la categoría y repleto de estrellas con pasado en Primera División y Europa no le dejó alternativa a Giunta, que dio un paso al costado luego de caer 4-2 frente al Tiburón. El mismo entrenador argumentó que pidió que “los jugadores salieran a jugar como una final y a los 15 minutos perdían 3-0”.

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Segundo Trimestre: Nuevos entrenadores, muchas esperanzas, mismos resultados.

Almirante Brown debió salir a buscar rápido quién pudiese reemplazar a un entrenador histórico para el fútbol argentino. Giunta fue quién estuvo más tiempo en su cargo en nuestro fútbol: un total de 7 años y 7 meses. Los elegidos, de forma urgente, fueron Lorenzo Ojeda y Héctor Tobio. Eran técnicos de la cuarta y quinta división respectivamente y se hicieron cargo de forma interina del plantel profesional Mirasol.

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Buenos resultados en las primeras fechas, con una resonante victoria en el Gigante de Arroyito frente a Rosario Central hicieron que firmen de forma definitiva como entrenadores del Aurinegro, pero increíblemente tras sellar su vínculo empezaron a llegar los malos resultados, terminando el torneo perdiendo los últimos tres encuentros frente a Olimpo de Bahía Blanca, Atlético de Tucumán y Patronato de Paraná. Almirante terminó la temporada 2012-2013 con 46 puntos. Muy por debajo de lo esperado: un ascenso.

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Tercer Trimestre: La dupla dijo basta

Arrancó una nueva temporada para Almirante Brown, y como siempre los problemas fueron muchos más que las soluciones para el Mirasol. Con Lorenzo Ojeda y Héctor Tobio ratificados en su cargo, la dirigencia Aurinegra armó un plantel de bajo costo luego de lo que fue el despilfarro de dinero en la temporada anterior con figuras como Cristian Chávez, Pablo Caballero, José Luis García, entre otros. Un nuevo equipo casi en su totalidad, con poco conocimiento entre ellos y también de la categoría, reforzada por la llegada de un grande del fútbol de Argentina como Independiente de Avellaneda, fueron demasiado para Ojeda y Tobio.

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Solamente nueve fechas tuvieron que pasar para que la dupla técnica dejara su cargo. Nuevamente los malos resultados y la poca paciencia de la gente le jugaron una mala pasada a un cuerpo técnico trabajador, pero que no supo enderezar la Fragata. Luego de haber sacado apenas dos puntos de quince, y una dura derrota en Jujuy frente a Gimnasia por 3-0, Ojeda y Tobio decidieron dar un paso al costado y dejaron a Almirante Brown al borde del descenso y aplastado anímicamente. Parecía que venía lo peor. Otra vez rondaban los fantasmas del descenso por Isidro Casanova.

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Cuatro trimestre: Rivoira ¿El Salvador?

Almirante Brown parecía condenado a pelear por no descender, ya estando consumada la salida de Lorenzo Ojeda y Héctor Tobio. A poco tiempo de las elecciones que fueron en noviembre, el presidente de ese entonces, Juan Antonio Echeverría, se jugó la última carta en la carrera presdencial: contrató a Héctor Rivoira, ídolo en Almirante como jugador y de gran trayectoria como técnico.

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Rivoira llegó a fines de septiembre, con la misión de enderezar a la Fragata. El comienzo parecía alentador con buenos triunfos como lo fueron el del Mirasol en la cancha de Ferro y la recordada victoria ante Independiente en el Fragata Sarmiento, que sin dudas fue el encuentro más importante del año en el que Almirante Brown se quedó con los tres puntos. Luego, el Aurinegro empezó a decaer con un factor que se repitió a lo largo de todo el año: la falta de gol. Y también se le sumaron problemas defensivos, siendo el arquero Ezequel Cacace uno de los mejores jugadores del plantel en el último tramo del año.

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Almirante Brown cerró el año cerca de los puestos de descenso, pero con una particularidad. Comparte el mismo promedio con 4 equipos, por lo cual en caso de conseguir algunos triunfos consecutivos, se estaría alejando de la zona roja. Todo lo contrario si llegase a perder varios encuentros, lo que lo obliga a sumar con urgencia de a tres en los primeros encuentros del año 2014 y por ahora con un refuerzo confirmado: Tobías Figueroa, delantero que llega a préstamos de Belgrano de Córdoba.