Fossati; Dedovich, Mutis, Evaristo, Silenzi; Suárez, Nardini, Tarasconi; Varallo, Cherro y Alberino. Este equipo, dirigido técnicamente por Mario Francisco Fortunato, se convertía el 6 de enero de 1932 en el primer campeón del profesionalismo.

El Festejó tuvo lugar en el estadio de River Plate, ubicado por ese entonces en el barrio de Palermo entre las calles Alvear y Tagle, en donde el xeneize antes del partido - sería victoria por 3 a 0 con anotaciones de Alberino, Mutis y el recordado ´Pancho´ Varallo - dio su primera vuelta olímpica.

En ese campeonato, surgió un hecho insólito en el clásico en el que Boca Juniors hizo las veces de local. El cotejo se encontraba igualado en uno hasta que los jugadores de River, cansados de los fallos arbitrales, decidieron dejar el terreno de juego en pleno partido escoltados por la seguridad.

Por consiguiente, el duelo terminó siendo victoria del xeneize por abandono del rival. Años después Varallo, autor del único tanto del equipo, contaría lo sucedido en ese inédito superclásico: “Los de River se pusieron como locos porque decían que yo lo había agarrado al arquero, y era verdad; lo retuve un poco y le pegué, ¿pero qué iba a hacer? lo grité como un animal”.