Los dos están obligados a ganar y aunque los panoramas son diferentes también abundan las coincidencias. Los técnicos de espaldas anchas que otrora supieron darle los títulos más importantes están bajo la lupa de los dirigentes, que claramente no los quieren en sus clubes por más de que públicamente muestren su apoyo total.

Tanto Ramón Díaz como Carlos Bianchi retornaron imaginando los torneos que ganarían y volver a vivir sus mejores épocas pero el destino le mostró cartas diferentes.

Ramón Díaz tuvo un buen comienzo de año en 2013, suRiver luchó el Torneo Final que finalmente obtuvoNewell’s y dejó una imagen digna. En el último semestre los resultados no acompañaron y los refuerzos traídos por él no estuvieron a la altura de las circunstancias.

De la otra vereda, Carlos Bianchi llegó con la ilusión de laCopa Libertadores. Inclinado por la competencia internacional, perdió rápidamente terreno en el torneo local donde casi termina en un papelón histórico pero logró sumar puntos sobre el final y terminar en el puesto 19. Por la copa, el xeneize se despidió en cuartos de final luego de perder por penales con Newell´s. El segundo semestre, Boca intentó luchar hasta la última fecha pero la irregularidad lo dejó con las manos vacías.

En este Torneo Final 2014, ninguno de los dos conjuntos parece ser firmemente uno de los candidatos. De mejor presente, River viene de ganarle a Lanús y suma 14 puntos, estando a cuatro del líder Colón. Uno de los constantes problemas del equipo de Ramón es la fragilidad defensiva, sobre todo cuando lo hace sólo con tres defensores. Igualmente sigue en pie en la lucha por el campeonato y una victoria lo metería de lleno en la disputa.

El equipo de Carlos Bianchi suma 12 puntos y viene de empatar dos partidos que en los papeles eran posibles victorias. El gol sobre el final de Pisculichi no le permitió aBoca ganarle a Argentinos y el aburrido empate en el sur frente a Quilmes  hicieron que el xeneize pierda terreno y se baje de los primeros puestos. De no obtener una victoria, seguramente será el puntapié inicial de los cambios que vendrán en junio ya que el campeonato quedará lejos.

Las peleas internas del plantel boquense son un factor de constante alerta y si bien parece haber habido una tregua entre los grupos enfrentados, se sabe que el clima y la convivencia se hace insostenible. Si logrará sumar los tres puntos en el Superclásico, el xeneize se convertirá en un candidato por el título dándole un suspiro a Bianchi y compañía. De perder, la bomba apuntó de estallar empezará su cuenta regresiva.

Se juega más que un partido, se juega más que un clásico. El domingo tanto Carlos Bianchi como Ramón Díazempezarán a definir su futuro en base al resultado. Si ganan, seguirán metidos en el Torneo Final alimentando el sueño de darle una nueva estrella a su club. Si pierden, le darán la excusa perfecta a un grupo de dirigentes que no piensa en ellos de cara al futuro. Todo puede pasar y una vez más, el clásico se llevará todas las miradas.