El conjunto boquense llegaba a Santa Fe para buscar los tres puntos y poder alimentar el sueño de luchar el torneo. Las irregularidades de todos los equipos hacían que una victoria de Boca lo metiera nuevamente en la discusión.

El equipo santafesino dirigido por Diego Osella no podía perder puntos ya que su situación preocupante en el tema del descenso no se lo permite. A su vez, Colón está en los primeros puestos y una victoria lo ponía inesperadamente líder con Estudiantes.

La falta de ideas o la escasez de recursos hicieron que los primeros 45 minutos sean para el olvido. El xeneize no encontraba la forma de romper con el muro sabalero y sumada a la ausencia de Juan Román Riquelme, faltaba un rebelde que cambie de ritmo y haga lo inesperado. Recién a los 30 minutos Boca tuvo una jugada clara de gol pero Montoya le sacó un gran cabezazo a Gigliotti, de flojo partido.

La otra oportunidad de abrir el marcador la tuvo Colón pero el travesaño salvó a Agustín Orión. Jacobo Mansilla ejecutó con mucha calidad un tiro libre en el borde del área pero rozó en el larguero y los santafesinos ahogaron su grito de gol.

En el segundo tiempo el ingreso de Luciano Acosta reflejaba la clara intención de Bianchi de ir a buscar la victoria. Además después de tanta fricción intentaba cambiarle la cara a Boca dándole la velocidad y la habilidad del juvenil  para refrescar la ofensiva.

El conjunto de Osella siguió apostando por la presión en pos de la recuperación para explotar rápidamente el contraataque. Sin pasar por la mitad de cancha, abanderados por su líder Videla, Colón no hacía uso de la tenencia del balón sino que pretendía asistir a los delanteros para agarrar mal parado al rival. La potencia de sus puntas era un factor determinante para atacar y vencer a la defensa xeneize, pero tanto Luque como Alario, y después Curuchet, no estuvieron en sus mejores jornadas.

Boca fue amigándose con el balón y acorraló al sabalero contra su arco pero nunca llegó a tener grandes chances de gol. Acosta intentaba romper esquemas y asociarse con Fernando Gago pero nunca pudieron generar peligro.

El xeneize sufrió la falta de peso en el área rival y no aprovechó algunas desatenciones de los jugadores de Colón, sobre todo en las pelotas paradas. Emmanuel Gigliotti participó poco del juego y Juan Manuel Martínez no desequilibró como venía haciéndolo en los últimos encuentros. A falta de 15 minutos ingresó Claudio Riaño en lugar de Gigliotti pero nunca inquietó.

Boca se adueñó del balón casi todo el segundo tiempo, Colón casi que no cruzó al campo rival. Las pretensiones de cada uno estaban muy claras pero el resultado no se alteraba. Los de Osella comenzaron a ver con buenos ojos el empate y los de Bianchi no encontraron las armas necesarias para quebrar el muro santafesino.

En la última jugada del partido, el xeneize tuvo un tiro libre a su favor ejecutado por Nicolás Colazo que rebotó en la mano de un jugador de Colón pero Pablo Díaz no vio ese claro penal que podría haber significado la victoria.

Boca empató y empezó a despedirse de este irregular torneo. Las diferencias son cada vez más grandes y el xeneize no consigue lograr dos victorias consecutivas que lo ilusionen con el torneo. Colón sigue en los primeros puestos y si bien su objetivo es salvarse del descenso, lo que parecía una utopía ya es una realidad: el sabalero sigue firme como uno de los candidatos a ganar el Torneo Final.