El fútbol siempre da revancha. Es la frase de cabecera para todo conjunto que viene de capa caída, cabizbajo, sin luchar por objetivos importantes y merodeando en un mar de mediocridad y frustraciones. Así era el River de Ramón Díaz modelo 2013, que del subcampeonato en la primera mitad del año pasó a la versión apática de la parte final del año: 17° en el Inicial, once goles en 19 partidos (récord histórico), Superclásico perdido en casa, fuera de la Copa Sudamericana en cuartos y el DT más ganador de la histoia en la cuerda floja.

De pronto, el equipo de Núñez hizo un click y el presente es totalmente diferente, con el Millonario en lo más alto a solo dos fechas del final, con un envión anímico fundamental y la convicción que el gran objetivo está más cerca que nunca. A cotinuación, las siete "claves" del nuevo River:

1) El fin de la era Passarella:

La política influye y mucho en el presente futbolístico de un equipo, y eso se cristalizó claramente en los dirigentes de River, primero con el mandato de José María Aguilar y más tarde con Daniel Passarella en 2009, en cuya gestión desfilaron los números rojos, el silencio e innumerables elencos lejos de representar la rica historia de la Banda, que marcaron campañas pobrísimas y culminaron en el descenso de 2011, que fue una cruz hasta el final.

La ida del Kaiser se celebró airadamente en los hinchas riverplatenses, que deporsitaron su confianza en Rodolfo D´Onofrio, que ganó la elección en diciembre de 2013 gracias al apoyo de varios ídolos de la institución que forman parte del proyecto, tales como Enzo Francescoli, Norberto Alonso, Ariel Ortega y todos aquellos que con Passarella tenían acceso restringido. Hubo un cambio de aire que, a pesar de las disidencias de la CD para con Ramón, repercutieron en el ánimo colectivo.

2) El referente

Era el más pedido por los hinchas. El último goleador del club en un torneo de Primera. 91 goles oficiales y el sentimiento de "hincha" hicieron que Fernando Cavenaghi, tras su despido luego del ascenso, retornara a Núñez para comenzar su tercer ciclo en el club donde nació.

El Torito a lo largo del campeonato estuvo lejos de su mejor versión, sin embargo el capitán potenció notablemente la delantera. El mismo equipo que un torneo atrás tenía un promedio de gol de 0,57 (11 en 19 partidos) llegó a 1,23 (21 en 17 jornadas), y en eso colaboró el 9, que sin ser el romperredes que supo ser años antes, colabora en el frente de ataque, baja a tomar contacto con sus compañeros y preocupa a los rivales como hace bastante no ocurría.

En el Final el delantero lleva seis tantos (dos de penal) y el domingo ante Racing cortó una racha de siete partidos sin marcar. Ramón, a pesar de su mal momento, le respetó el lugar y el oriundo de O´Brien le respondió con un doblete fundamental en la recta final.

3) El trío colombiano

Como en su momento de gloria Juan Pablo Ángel o más cercano en el tiempo Radamel Falcao García, los jugadores colombianos han dejado su huella en Núñez y hay tres en el plantel que son titulares fijos y quieren su porción de gloria.

Uno por línea: en defensa, Éder Álvarez Balanta. Aquel que apenas con 19 años debutó en la Primera y con dos goles en el Final 2013 se ganó el cariño de la gente y la admiración del mundo entero (que fue contraproducente, ya que su rendimiento se opacó el campeonato anterior). Con temple de un veterano, gran juego aéreo y solvencia para salir jugando, se convirtió en clave.

En el medio, Carlos Carbonero. Tras su gran paso por Arsenal, el volante llegó a mediados del año pasado para reemplazar a Carlos Sánchez. No empezó bien, muy errático (y hasta temeroso) y empezaron los murmullos. No obstante, este 2014 se destapó al punto de ser junto a Cavenaghi los goleadores de River en el torneo, con seis tantos. Desborde, remate a distancia, panorama, marca, conducción y llegada al área se reflejan en el cafetero que cambió silbidos por ovaciones.

En la delatera, Teófilo Gutiérrez. También llegó en el mercado de invierno de 2013 luego de romperla en Cruz Azul. Sin embargo, su transfer llegó ya con el campeonato en marcha y no pudo realizar la pretemporada a la par de su compañeros, y eso se notó en su rendimiento (solo marcó dos goles entre Inicial y Sudamericana). Con el Torito en el plantel, el de Barranquilla retomó la versión que supo tener en Racing y ya lleva cuatro tantos en el Final, pero no solo eso, sino que juega de armador, llevándose marcas, asistiendo, encarando, viveza para tocar, definiendo y demostrando toda su calidad. Irá al Mundial para Colombia en su esplendor.

4) El Superclásico

¿Qué es más satisfactorio para un equipo que ganar el clásico? ¿Que sea de visitante? ¿Que sea tras una década entera sin poder lograrlo? ¿Que el gol de la victoria sea a minutos del final y por medio del protagonista menos pensado? Todo eso se vivió en la misma Bombonera el 30 de marzo, por la 10° jornada. River no lograba vencer a Boca en La Boca desde el Clausura 2004 (1-0) Y, video motivacional de por medio, ya era hora de cortar con esa racha nefasta.

El Xeneize dominó en todo el primer tiempo, pero sin poder concretar la apertura del marcador, que llegó en el segundo tiempo para la visita: Manuel Lanzini (especialista en convertirle al Azul y Oro) tras una gran jugada colectiva. Empató Juan Román Riquelem por medio de un tiro libre magistral, y parecía que era empate, hasta que a los 42´ ST, viveza de Manu de por medio (rápidamente fue a buscar la pelota para ejecutar un córner, que no era) y tiró el centro para la cabeza de Ramiro Funes Mori, aprovechando el obsequio de Orion, para estampar su testazo inmortal a la red y el 2-1 que sigue celebrando el pueblo Millonario del héroe menos pensado. Y diez años después, la historia se repetía en casa ajena.

5) Fortaleza Monumental

River está puntero gracias a la enorme campaña que está haciendo jugando como local. De los 31 puntos cosechados en el Final, 24 se obtuvieron en el Antonio Vespucio Liberti y los números lo dicen todo: en nueve partidos disputados, ocho victorias y tan solo una derrota. Tras la misma (1-2 ante Godoy Cruz, 3° fecha), el Millo hilvanó siete éxitos al hilo ante su gente,

Las víctimas fueron Gimnasia (1° fecha; 1-0), San Lorenzo (5°; 1-0), Arsenal (7°; 1-0), Lanús (9°; 2-0), Newell´s (11°; 1-0), Atlético Rafaela (13°; 2-0), Vélez (15°; 1-0) y Racing (17°; 3-2). 13 goles a favor y solo cuatro en contra. Garantía de confianza y de triunfos.

River venció a los cinco rivales que disputaron Copa Libertadores, todos en casa y sin recibir goles en contra de ellos. Asimismo, en la última vuelta olímpica del Millo (Clausura 2008), de la mano de Diego Simeone, también hubo una gran campaña en Núñez, con nueve triunfos y un empate. La deuda es ganar de visitante, pero la casa está en orden.

6) Soluciones desde el banco

A lo largo del torneo, Ramón Díaz lo que más sufrió fueron las lesiones que lo obligaron a salirse de su libreto y apostar por los relevos que, para la sorpresa de todos, respondieron en un nivel superlativo.

El primer caso es de Cristian Ledesma. El Lobo, que estaba más cerca del retiro que de las canchas, entró en un partido clave, ante San Lorenzo, ya que Matías Kranevitter había sido suspendido el partido anterior, vs Colón. El veterano de 35 años la rompió ante su ex club, demostrando que el paso de los años no repercutieron para nada, a pura marca, quite y plenitud para dar el pase. Desde entonces, se adueñó del puesto para no dejarlo más y convertirse en el patrón del medio para Ramón, a pesar que Kranevitter era de los más regulares del último tiempo.

Otro caso, más emblemático, fue el de Ramiro Funes Mori, que tuvo que ser de la partida nada menos que ante Boca, ya que Leonel Vangioni fue expulsado contra All Boys y le dieron dos fechas de suspensión (polémica entresemana). El Mellizo fue clave, aportando el gol de la victoria. A pesar de eso, es suplente pero buena alternativa, ya que Éder Balanta tuvo varios parates por lesiones, pero tiene buen reemplazo.

Mostró estar competitivo en la pretemporada y su satisfactorio paso por Argentinos le dio experiencia. Hablamos de Daniel Villalva, más conocido como el Keko, que fue irregular en su primer paso por el club pero ahora, con más rodaje, es otra pieza interesante cada vez que hay alguna vacante por lesión. El correntino entró por el averiado Teo en la 9° fecha ante Lanús, y la descosió. Primero, asistiendo a Cavenaghi en el 1° gol (con lujo) y después cerrando el partido con una definición magistral para el 2-0. Con sus 159 centímetros, hábil, pícaro, una pesadilla para los marcadores de punta rivales. Contra Racing también jugó de entrada y volvió a ser determinante. Aunque ya sabe que el lugar es del colombiano, que volverá ante el Bicho.

El caso más significativo fue en el arco. Marcelo Barovero, indiscutido para cuerpo técnico e hinchas, sufrió un desgarro ante Atlético Rafaela, así que en su lugar entró Leandro Chichizola, al cual muchos recuerdan su error que derivó en el 0-1 ante Boca Unidos en la B Nacional. Tuvo ofertas para emigrar, más sabiendo que a Trapito no iba a poderle sacar el puesto, pero se quedó a pelearla y tuvo su recompensa: ante Estudiantes, fue la gran figura (y le contuvo un penal a Carrillo); contra Vélez, salvó el 1-0 en una tapada magistral a Pratto sobre la hora. Ante Olimpo fue 1-1 y el arquero no tuvo mucho trabajo pero ante la Academia tuvo una actuación sobresaliente, al atajarle un penal a Saja en tiempo de descuento, que desató la algarabía del Monumental. Antes villano, ahora EL héroe. Barovero está para volver. ¿Qué hará Ramón?

7) Ramón conducción

No por nada Ramón Ángel Díaz es el director técnico más ganador de la historia de River Plate. En sus dos etapas anteriores, cargó de trofeos las vitrinas del Monumental: Apertura 1996, Copa Libertadores 1996, Clausura 1997, Apertura 1997, Supercopa 1997, Apertura 1999 y Clausura 2002. Hay que decir que esos equipos fueron formados por grandes estrellas, en un contexto económico y político mucho más favorable.

En su tercera etapa en Núñez, sin jugadores "glamorosos" ni elencos brillantes, arrancó a finales de 2012 y obtuvo el subampeonato del Final 2013, con una gran cifra: 35 puntos, tres por debajo del Newell´s campeón. Tras el receso de invierno, el Pelado armó a su equipo (partidas de David Trezeguet y Carlos Luna mediantes) para pelear la doble competencia, pero fue un verdadero desastre: eliminado en cuartos de la Sudamericana, 17° en el Inicial con 21 puntos y jugando la recta final con jugadores de Inferiores por la pésima labor de los delanteros (recondando las partidas del francés y del Chino). Parecía el fin de la era Ramonista; hasta buena parte de los hinchas pedían recambio (más por Emiliano Díaz, su hijo y ayudante de campo, al cual lo tildaron por "incompetencia").

Aún mirado de reojo por D´Onofrio, el riojano continuó en el cargo y solo con un refuerzo (Cavenaghi, ya que Urribarri no jugó ningún partido) y con el mismo plantel del torneo pasado, potenció a los jugadores. ¿Cómo? Primero, porque River solo tiene un frente por competir. Segundo, por lo que representa el DT en cuanto a lo anímico y permanente apoyo para sus dirigidos. Y tercero, mucha más seriedad para analizar rivales y armar su equipo en lo táctico, sepultando la línea de tres y el doble cinco con Leonardo Ponzio (marginado por el DT) que realmente no funcionaba. Mérito de Ramón, que está a punto de cosechar su 8° título con el saco de entrenador. Hasta aquí, los porqué del River líder.

Al igual que en el 2002, curiosamente con Díaz en el banco de River y Cavenaghi y Ledesma en el equipo titular (haciendo sus primeras armas en primera), el Millo pelea palmo a palmo con el GELP, de Pedro Troglio (por entonces, era jugador del Lobo) Esta lucha es más pareja, ya que ambos tienen las mismas posibilidades de alzarse con el campeonato. De aquel torneo también se recuerda un River - Racing, el cual el Millonario ganó sobre la hora a través de un contragolpe mortífero que Nelson Cuevas transformó en el 1-0 final. Infartante como el 3-2 del domingo ¿Coincidencia o presagio?

Pero River está más perfilado, más comprometido, ha luchado desde el primer momento por el objetivo que está a punto de concretar en una vuelta olímpica más, la 35° a nivel local, tras años de sequía y la B Nacional de por medio. Quedan solo dos partidos: el descendido Argentinos Juniors en el Diego Armando Maradona y Quilmes, que dará todo por quedarese en la A, en casa. ¿Se dará? ¿O el Lobo le arrebatará el sueño de millones de riverplatenses que buscan pegar el desahogo que esperan desde junio de 2008? Que gane el mejor.