No es un jugador más. Alienta, festeja y llora como todo el pueblo azulgrana, cada vez que el Ciclón sale al verde césped a jugar. ¿De quién estoy hablando? Nada más ni nada menos que del mayor ídolo de San Lorenzo, Leandro Atilio Romagnoli. El capitán del equipo del Patón se muere de ganas por ponerse esta noche la 10 azulgrana y jugar, como pocos sáben, ante Cruzeiro, en lo que será el primer partido por los cuartos de final de la Copa Libertadores. Pero  el Pipi no podrá estar presente, ya que debe todavía una fecha de la sansión que le pusieron por los disturbios en Ecuador. Pero de igual forma, el 'tatuado' sabe lo que es para la gente azulgrana este partido, ya que si ganan darían un pasito más para levantar el santo grial que tanto anhelan en Boedo. "Vamos a jugar ante un rival brasileño que es uno de los mejores, pero confiamos en nosotros y sabemos lo que tenemos. San Lorenzo no es menos que nadie", analizó el Pipi en Radio Fox Sports. El abanderado de este equipo admitió estar un poquito ansioso por volver a jugar con la camiseta azulgrana en el certamen internacional, pero también reconoció que Villalba está en un muy buen nivel y no tendría problemas en arrancar la vuelta en el banco de suplentes: "Si ganamos que continúe Tito, porque el equipo viene bien y ganando. A mí me tocó salir varias veces y no es problema hacerlo una vez más y alentar desde afuera", comentó el enganche en el programa del "Pollo" Vignolo.

Desde las 22, con un Nuevo Gasómetro colmado, San Lorenzo y Cruzeiro disputarán el primer duelo de la serie por un pasaje a semifinales. El pueblo azulgrana agotó las entradas, con la esperanza de poder ver ganar, una vez más, a este equipo. ¿Podrán festejar?