Esta tarde, Brasil y Chile fueron los encargados de dar inicio a los cruces de octavos de final, en el Estadio Mineirão de Belo Horizonte. En un partido a puro suspenso, el Scratch consiguió un lugar entre los ocho mejores, tras vencer al conjunto trasandino por 3 a 2 en la tanda de penales, luego de terminar igualados en uno en los 90´ reglamentarios y los 30´ suplementarios.

Fueron 120´ de fútbol sumamente intensos. Sin duda, los errores defensivos fueron los protagonistas principales en el arranque. En los primeros minutos, los locales insinuaron un poco más que su rival, presionando y apostando al desequilibrio de Neymar, que no estuvo en una de sus mejores tardes y desaprovechó más de un contraataque. Sin embargo, la apertura del marcador llegaría gracias a una pelota parada: córner desde la punta izquierda, Thiago Silva que la peina y David Luiz, en complicidad con el chileno Jara, que la empuja apareciendo en el segundo palo.

La última línea del dueño de casa jugó siempre al límite y pasó más de un sobresalto, especialmente Marcelo, que sufrió y mucho la presencia de Alexis Sánchez. Tan así fue, que a los 31´, tras un lateral de Marcelo, Hulk la rebotó mal y Vargas aprovechó: tocó para Alexis Sánchez, que definió cruzado para vencer a Julio César y decretar el 1 a 1.

El segundo tiempo arrancó con la misma intensidad con la cual había terminado el primero. La pelota transitaba de arco a arco, casi sin escalas en la mitad de la cancha. Chile tuvo la iniciativa durante la mayor parte del complemento, manejando el balón, contando con claras chances de gol y dejando sin respuesta a un Brasil totalmente pálido e inexpresivo, que pese a todo, contó con una jugada que pudo haber cambiado el trámite del partido.

A los 54´, Hulk, de lo mejor de la Canarinha, bajó un centro de Marcelo y resolvió ante la salida de Claudio Bravo, mandando la pelota al fondo del arco. Sin embargo, el árbitro inglés, Howard Webb, observó una supuesta mano en la recepción y anuló la acción.

Los 90´ reglamentarios se fueron con el 1 a 1 en el tablero y el tiempo suplementario se jugó como se pudo. Esta vez, los roles se invirtieron: Brasil fue el que más propuso, con poco, pero fue quien tuvo la iniciativa. En cambio Chile, prefirió aguantar replegado y apostar a llegar a los penales. El Scratch tuvo varias, especialmente en los pies de Hulk y sus potentes remates de media distancia, sin embargo, los de rojo pudieron haberse llevado la victoria en el último suspiro, cuando a los 119´, Mauricio Pinilla reventó el travesaño del arco defendido por Julio César, dejando al borde del infarto al público carioca.

Ante el inquebrantable empate, la solución fue la siempre dramática definición por penales. Fue 3 a 2 para los anfitriones y pase a cuartos. Pese a la victoria, Brasil dejó una deslucida imagen y la falta de respuesta y de carácter, ese que debe demostrar todo aspirante al título, plantean más dudas que certezas de cara a lo que sigue. Por su parte, Chile se despidió de su aventura mundialista con la frente en alto, haciendo un papel totalmente digno.