El ascenso ya estaba en jaque. Talleres tenía rodeado al rey pero por culpa de Defensores de Belgrano (VR) no podía cantar el jaque mate. Claro, había que ganar y esperar que los de Villa Ramallo no lo hicieran ante Sol de América. O darse el lujo de empatar y que los formoseños den la sorpresa venciendo al escolta del tetradecagonal. Con esto claro, ¿qué pasó en el partido?

El trámite empezó parejo, con un Talleres buscando el protagonismo aunque Unión no vino a ser parte de la fiesta y salió a disputar la pelota de igual a igual. Pero la presión del Albiazul empezó a surtir efecto y el partido se jugaba cerca del área visitante. Antes de que la ansiedad y la presión se hicieran dueña del partido, Talleres conseguía la ventaja al minuto 19: cambio de frente de Araujo para Ramis, control y centro certero para que la cabeza de Beraldi fusile al arquero Diego Pave. Ventaja rápida para que el equipo de Kudelka empiece a jugar el partido que quería y a manejar los tiempos del mismo. De menor a mayor, Talleres fue justificando la diferencia y hasta pudo aumentar con dos disparos de Francia que Pave desvió.

En la segunda etapa también contó con chances para empezar a liquidar el pleito con un bombazo de Ramis, que besó el travesaño, y un disparo de Strahman, que se fue apenas afuera. Pero Talleres fue sólo el arranque del complemento, porque con el correr de los minutos Unión se hizo dueño de la pelota y, de a poco, empezó a jugar en campo del local. El Albiazul se cerró, se hizo compacto y al conjunto catamarqueño le costaba vulnerar la defensa. Pero la pelota parada es parte del juego y, luego de un corner y una serie de rebotes, Ischuk contuvo la pelota casi sobre la línea. Para colmo de males, la tarde pintaba complicada cuando Bovaglio tuvo que bajar a Solferino, que se iba mano a mano, y vio la roja a los ‘30. Dolores de cabeza para Kudelka, que tuvo que hacer un enroque y armar nuevamente la defensa. Justamente, en ese tiro libre, Ischuk volaba al ángulo para tener otra tapada magníficaUnión manejaba el partido a piacere y desde otro tiro de esquina tuvo el empate, pero el remate le sacó pintura al palo.

Sí bien el bloque defensivo Albiazul no pasaba zozobra, no había respuestas ofensivas y cada pelota recuperada era sinónimo a pelotazo. Los minutos se fueron consumiendo y los de Aconquija no encontraron la merecida igualdad. Talleres tuvo el segundo con una corrida de Cháves que tapó Pave, pero poco importó. Mastrángelo pitó el final y hubo abrazos al por mayor. La alegría no fue completa porque desde Villa Ramallo llegaron noticias de que Defensores había vencido 5 a 1 a Sol de América, pero hubo satisfacción porque Talleres, bien o mal, había cumplido con su deber: ganar.

Sí bien el Albiazul pudo finiquitar el trámite en el primer tiempo, con gol y chances para ampliar el marcador, sólo se fue al descanso con la mínima ventaja. En el complemento falló nuevamente en la definición y debió sufrir más de la cuenta para quedarse con un partido bravo, en el que quizás no mereció ganar por lo que hizo Unión.

Jerarquía, efectividad, oficio, ambición…llámelo como quiera, pero Talleres ganó por eso. No brilló pero supo aguantar las embestidas de un rival herido para estar a un paso del ascenso.

Lo ideal para el hincha era conseguirlo en casa, como contra San Jorge, pero tendrán que buscarlo en Formosa ante Sol de América, el próximo martes 27. Al fin y al cabo, el ascenso es lo único que importa y Talleres ya se aseguró el primer puesto. Depende de sí mismo y le quedan 90 minutos para ratificar el gran torneo que está realizando.

El ascenso sería coronar una campaña casi perfecta. El último paso está en Formosa.