San Lorenzo de Almagro visitó Milán para enfrentar al AC Milan y no pudo llevarse el triunfo en un discreto partido. Sin embargo, lo más importante pasa por la prueba a nivel internacional que tuvo el equipo de Edgardo Bauza en el aspecto futbolístico, al enfrentar a jugadores de primer nivel.

El once que paró el Patón mostró algunas variantes. Volvió al doble 9 con Blandi y Matos, lo que suponía, desde un primer momento, el deber de generar juego en constancia. El trabajo de Pablo Barrientos, a pesar de mostrarse participativo, no fue el mejor en los primeros 45 minutos. Un tanto errático en balones parados y sin creación para los delanteros.

Arrancó jugando con Leo Franco; Prósperi, Fontanini, Yepes, Más; Villalba, Kalinski, Ortigoza, Barrientos; Blandi y Matos.

Estático por momentos, San Lorenzo no pudo generar sorpresas ante un rival que esperó y no se inquietó demasiado por salir al ataque. Algunas desatenciones del conjunto visitante permitieron el adelantamiento del equipo de Filippo Inzaghi, que apostó a la velocidad de El Shaarawy y Niang. Los laterales de CASLA sufrían, con poco.

El gol de Pazzini, si bien llegó tras una inestabilidad posicional de Yepes, provino desde el sector de Gonzalo Prósperi, quien fue superado por Saponara para colocar el centro.

La segunda parte reflejó varias modificaciones en el equipo y aunque no hubo demasiada rotación ni cambio de esquema, la función de quienes ingresaron tuvieron otra propuesta. Verón y la velocidad para acompañar a Cauteruccio, quien se tiró atrás y supo encabezar varios ataques (perdió el empate abajo del arco).

El equipo se manifestó con Leo Franco; Prósperi, Fontanini, Cetto, Kannemann; Buffarini, Mercier, Ortigoza, Barrientos; Verón, Cauteruccio.

El ingreso de Kannemann supuso tapar más el hueco que Más dejaba ante De Sciglio (quien entró por Bonera y se proyectó varias veces). El Ciclón perdió el equilibrio y nunca pudo afirmarse de tres cuartos hacia atrás y sufrió la frescura de los cambios del rival, como Mastour y Torres.

El 2-0 se produjo en una abertura de la defensa y un rebote de Leo Franco (quien respondió bien en varias acciones durante el partido) y Bonaventura cerró la historia. Fue una evaluación para un Ciclón que deberá ponerse a tono para la cita más importante a fin de año en el Mundial de Clubes, una prueba futbolística que servirá para sacar conclusiones y mejorar aspectos defensivos, creativos y de transición.