El fin de la trilogía entre River y Estudiantes. El Millonario, que antes de jugar sabía que Lanús había tropezado ante Tigre y con la chance inmejorable de, en caso de ganar, posicionarse como líder con cinco puntos de ventaja sobre el escolta Granate.

Sin embargo, enfrente estuvo Estudiantes, que tenía abierta la herida de la eliminación de la Copa Sudamericana. Por tal motivo, tal como en el certamen copero, el Pincha plateó un partido intenso de entrada, con presión asfixiante, desmarque, corridas por las bandas y marca al hombre, aprovechando las fragilidades en la salida de la línea de tres que planteó Gallardo, con un equipo mixto.

De entrada, una corrida de Ezequiel Cerutti derivó una ataque por la derecha, pase raso atrás y un error garrafal de Marcelo Barovero que se la regaló en plena área chica a Diego Vera, que no despreció un obsequio de tal magnitud: otra vez, River abajo en el marcador.

Vera aprovechó el regalo de Barovero y facturó de nuevo

Un 3-4-1-2 que puso el Muñeco para ganar marca en el mediocampo (ítem que el Millo fallaba los últimos partidos), pero que no fue determinante como en presentaciones anteriores. Solo las subidas de Vangioni, el sacrificio de Rojas y las pinceladas esporádicas de Pisculichi le aportaban algo distinto al local, que extrañó y mucho a Carlos Sánchez y Teo Gutiérrez, citados a sus selecciones.

Por su lado, el libreto de Mauricio Pellegrino funcionaba a la perfección, ganando las pelotas divididas aéreas, sin mayores desatenciones defensivas, con mucha concentración táctica para no quedar descompensado y con su trío Carrillo - Vera - Correa realmente intratable, más los desbordes de Cerutti.

A diferencia de otros encuentros, a River se lo notó nervioso, impreciso, poco idóneo para administrar las pelotas paradas y sin hallar los espacios para Rodrigo Mora o Sebastián Driussi.

River, no reaccionó ante el primer golpe, como en otros partidos

En el complemento, el entrenador riverplatense, con la obligación de ir a buscar el resultado. River manejó más la pelota, pero sin profundidad. Estudiantes, replegado en su campo, atento para salir a jugar de contragolpe.

En cancha terminaron Driussi, Boyé, Tomás Martínez y Gio Simeone. Mucha juventud, que, a diferencia de otros partidos, cuando entraban con el equipo ganando o con relativa comodidad, tuvieron en sus espaldas la responsabilidad de remontar el marcador. Ninguno pudo hacer la diferencia, sumado a que Guido Rodríguez perdía el balón constantemente y la línea del fondo jugaba mano a mano.

Carrillo y Auzqui tuvieron la chance para aumentar el marcador, pero no estuvieron finos. El encuentro fue infartante hasta los instantes finales, donde el dueño de casa empujó más de lo que jugó, pero no hubo caso: la valla de Hilario Navarro, esta vez, estaba cerrada bajo siete llaves.

Gallardo se la jugó con los juveniles al ataque, y no le salió

En los encuentros de Copa Sudamericana el León le propuso el mismo juego al Millonario, pero no pudo mantener la ventaja en el marcador y el equipo de Núñez se lo terminó dando vuelta. La tercera fue la vencida, la gran revancha.

El campeonato, con el traspié de River (que no contó con Teo Gutiérrez, Balanta ni Carlos Sánchez) luego de 31 partidos, se pone al rojo vivo. Lanús, a pesar de su derrota, quedó a dos puntos, Racing a tres e Independiente, si gana mañana, también quedará a una victoria de distancia de la Banda, que sigue como líder.

Una lección dura en el Monumental, aunque la gente terminó aplaudiendo la entrega del equipo, que el domingo ante Olimpo tiene la chance de levantarse ante Olimpo. El primer cachetazo del ciclo Gallardo. ¿Golpe de KO o estímulo para seguir adelante en dos frentes? ¿Aguantará con el plantel corto? En menos de 20 días se resolverá esa incógnita.