El campeonato había finalizado y el objetivo había sido cumplido. La tranquilidad reinaba en la Bodega. Aunque debemos remontarnos al principio de la historia, allá por enero de este mismo año la dirigencia contrataba a un tal Jorge Almirón, un desconocido que nunca había dirigido Primera División, un tipo de los de antes, de la “vieja escuela” que tenía las cosas claras y apenas arribó a Mendoza dijo “vengo a dejar a Godoy Cruz en primera, y si no lo cumplo es responsabilidad mía”. El mensaje estaba claro, ¿no?

Un equipo que comenzaba entre las últimas posiciones de la tabla de los promedios luego de un torneo irregular. 19 finales esperaban a Godoy Cruz, y en los primeros 5 partidos tenía 4 rivales directos. Un tropezón en La Paternal frente a Argentinos Juniors hacía que se ponga en duda su continuidad en la elite del futbol argentino desde la primera fecha, quedando a 6 puntos del Bicho y cayendo relegado a la última plaza en los descensos, lo cual inquietaba más a la gente del Expreso, aunque no obstante la faceta futbolística demostrada aquel día de tanta lluvia en la Capital Federal era alentadora de cara al futuro.

Sin embargo, el técnico apostaba a su juego y conseguía remontar la situación a costa de grandes triunfos. Primero le ganó a Quilmes, con un nivel alto en el rendimiento de sus volantes, tanto los de recuperación como los de creación. Luego le seguía un batacazo en el Monumental ganándole a River en el último minuto, silenciando a todo un estadio completo y después un 3-0 que goleo y gustó frente a Rosario Central donde la figura estelar fue Gonzalo Castellani, quien convirtió los tres tantos y logró esa tarde con la que todo futbolista sueña tener algún día.

El equipo tomaba aire, respiraba de a poco, encontraba los caminos y salía de la zona de los descensos. Partidos sufridos hasta el último momento como un 1-0 a Lanús o un 2-1 a Arsenal en casa le daban puntos fundamentales. Las tablas del descenso sentenciaban que en el camino ya había quedado atrás Argentinos y la lucha directa, ahora, era contra All Boys, rival con el que el bodeguero iba a empatar en un partido cerrado y aburrido para quienes tuvimos la fortuna de asistir pero que pudo ser tanto victoria para los mendocinos como para los de Floresta, lo que negó Jorge Carranza con una gran actuación ante los albos.

Perder duramente contra Boca en La Bombonera (0-3) con un equipo desfigurado, que nunca se encontró en el terreno de juego y luego una floja caída frente a Newell’s en el Malvinas Argentinas hacia que todo el mundo tomba ponga en duda su permanencia, porque sólo restaban 6 fechas y aunque la distancia no era tanta, no se aprovechaban las oportunidades que brindaban Atlético de Rafaela, Colón, All Boys y Quilmes, los rivales directos.

Eso sí, Almirón no dudo ni un minuto de sus soldados, que lucharon hasta el final y tuvieron que ir a Córdoba a enfrentar a un siempre difícil Belgrano por la fecha 14. Un gol de arranque de Castillón y un exquisito tiro libre de Grimi hacía que consiga 3 puntos fundamentales en un terreno que no era del todo amistoso para los tombinos. Luego de eso ganarle en la fecha 15 a Atlético de Rafaela 3-0 de local y 1-0 a Estudiantes en La Plata en un partidazo, donde Carranza y toda la defensa se sacaron un 11 sobre 10, lo sacaba de la zona de descensos y, de yapa, lo ubicaba a un punto del líder del torneo quedando tan solo tres partidos por disputarse.

El descenso se alejaba, el sueño de jugar por la punta no estaba lejos y se notaba que estaba para algo más. Recibir a Vélez y que el rival empate sobre la hora en un partido completamente dominado por Godoy Cruz, dejó un sabor tan amargo que parecía esfumarse todo. Además, días después, todo volvió a complicarse cuando fue a Bahía Blanca y Olimpo le dio una lección al derrotarlo 3-1 y dejarlo, tras resultados que se dieron a favor, sólo un punto más arriba que sus rivales directos Colón de Santa Fe y Atlético de Rafaela en la tabla por no perder la categoría.

Última fecha. Llegaba la hora de la verdad. Godoy Cruz se jugaba a todo o nada porque sabía que dependía de sí mismo. Tenía todo para ganar: jugaba de local, con más de 30.000 personas que dejaron la garganta, lágrimas y mucha euforia en ese Malvinas Argentinas y ese punto de diferencia que iba a ser determinante. Pero en frente estaba Racing, que entre semana sus jugadores dijeron que iban a salir a ganar y a no regalar nada.

Esas palabras de los académicos parecían no verse reflejadas en la cancha porque de arranque Gonzalo Díaz metió un desborde maravilloso y remató al arco, la pelota se desvió en Óbolo y se clavó en el ángulo de Saja para el delirio tombino. Sin embargo, la historia del Bodeguero dice que “para ganar y disfrutar hay que sufrir hasta el final”, y así fue porque 40 minutos más tarde Racing iba a igualar el partido poniendo nuevamente en jaque la permanencia. Al entretiempo, el plantel se enteraba que perdía Rafaela en manos de Arsenal y empataba Colon. Pero el Tomba sabía que cualquier resultado en otra cancha no importaba, tenía que ganar o ganar. Y así fue que un centro de Castellani fue peinado por Jerez Silva en el primer palo y Castillón apareció solo en el segundo palo para empujarla y asegurar el lugar en Primera.

El partido terminó, Godoy Cruz mantuvo la categoría y obtuvo un merecido pasaje a la próxima Copa Sudamericana. La alegría era la postal del Malvinas, se celebraba como un campeonato, todos los jugadores felices, la gente eufórica, con lágrimas, fue todo fiesta y carnaval

En 19 partidos Godoy Cruz sumó 32 puntos, siendo la tercera mejor campaña en torneos cortos, solo por detrás de los 37 puntos hechos por Asad y los 34 por Da Silva. Fue sub-campeón del Torneo Final, otro logro para el equipo mendocino.

Los números de la temporada indican que en 114 partidos obtuvo 134 puntos, y cerró con un promedio de 1.254, porque al final lo que importan son los números. Un gol de Racing, como el que salvó el actual arquero Sebastián Moyano con el partido 2-1, lo condenaba a jugar en la B Nacional la siguiente temporada, pero este equipo que es pura garra y actitud supo responder de muchos cachetazos, y por eso y muchas cosas más, se quedó en Primera División.

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Sobre el autor
Federico Mariano Umana
19. Periodista deportivo. Redactor de Godoy Cruz en VAVEL Argentina. Parte de las transmisiones de Expreso de Primera; en Radio Cop FM 106.9 y del programa Dos de Punta; en Radio Andina (FM 90.1) como corresponsal en Buenos Aires. Además es conductor de Actualidad Deportiva que se emite por Radio iRed en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.