El 2014 no pasará desapercibido en la vida del Club Atlético Independiente y de sus hinchas. Durante estos 12 meses, el conjunto de Avellaneda logró el retorno a la máxima categoría y también el retorno a las copas internacionales. Sin embargo, las mayores alegrías se vieron postergadas debido a una falta de regularidad en el rendimiento del equipo y en la obtención de triunfos.

Esta situación se hizo mucho más marcada durante la estadía de Omar De Felippe.El camino hacia el ascenso no fue para nada sencillo y la falta de resultados lo llevó al Rojo a tener que jugar un partido desempate para conseguir el último ticket a la Primera División. Claro está que todo esto quedó en el olvido al cumplir con el objetivo de devolver al club a su lugar en el mundo, pero no pasa desapercibido que no se logró hacerlo de la manera que su gente deseaba.

Los cambios politicos también fueron un factor de variabilidad en el club. A la salida apresurada de Javier Cantero se le contrapuso la llegada con ilusión y anhelo de refundación de Hugo Moyano como nuevo presidente de la institución.

Ya en la máxima categoría, fue el turno de Jorge Almirón. El ex técnico de Godoy Cruz no consiguió hacerse del cariño de los hinchas como consecuencia de la misma falta de regularidad y de los constantes cambios que tuvo el equipo. Justamente estas modificaciones y la pérdida de puntos de manera insospechada para la parcialidad roja impidió que el Rey De Copas pudiera proclamarse como campeón de un torneo que lo tuvo como protagonista pero al que nunca pareció decidido a pelear.

Lo positivo fue la sumatoria de 33 unidades, la aparición de distintos jovenes surgidos de las categorías inferiores, la explosión en su máxima expresión de Federico Mancuello como líder, capitán, referente y figura del equipo. Y por último, el regreso a las competiciones internacionales tan propias de Independiente, al clasificarse para la Copa Sudamericana 2015.

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