La segunda mitad del 2014 perfilaba bien para Lanús, luego de coronarse en la Copa Sudamericana pasada y llegar a cuartos de la Libertadores de ese año, tenía varias competencias por delante para incorporar estrellas en su camiseta. Pero, lamentablemente, todo resultó ser lo contrario a lo que se imaginaba.

En todos, la buena imagen que se le daba a priori terminó siendo refutada en los algunos instantes, ya sea en un partido único, una serie o un campeonato largo. Los minutos, los días y las semanas le fueron quitando las ilusiones a los sueños granates hasta el punto de no poder obtener ningún logro.

Pese a las idas de Goltz e Izquierdoz en la dupla central, los retornos de Diego Braghieri, de Arsenal, y, principalmente, de Silvio Romero, que volvió de Francia para ser goleador, mantenían las esperanzas intactas, sumados a la incorporación de Iván Bella y el buen nivel del arquero Agustín Marchesín, jugador de Selección.

La primera parada no era fácil: Recopa Sudamericana frente al Atlético Mineiro de, nada más y nada menos, que Ronaldinho, el campeón de la Libertadores 2013 vs. el coronado en la Sudamericana del mismo año. El primer encuentro, el 16 de julio en Argentina, terminó con resultado negativo (0-1 con gol de Tardelli), pero había que viajar a Brasil para la vuelta. Y ahí, una semana más tarde, un 3-2 a favor del Granate, con Lautaro Acosta marcando el tercero en tiempo adicionado, mandaba el encuentro al alargue: Gómez y Ayala terminaron de quitarle el sueño a Lanús, sentenciándole la serie en un 5-3 y con la vuelta olímpica de los Galos.

Cuatro días más tarde, el 27 de julio, llegaba la Copa Argentina. Y frente a un rival que estaba en una crisis institucional. Luego de haber cumplido con un buen Torneo Final, Colón no pudo evitar el descenso. El Estadio Julio Humberto Grondona fue el espectador de este encuentro por 16avos de final, con dos realidades sumamente diferentes. ¿El resultado? Facundo Callejo dio la sorpresa a 20 minutos del final, y dejó otra vez a Lanús con las ganas de coronarse en un certamen joven que todavía no ganó.

El tercer desafío parecía muchísimo más fácil. Aunque las escasas estadísticas históricas no estaban a su favor, el equipo de Barros Schelotto viajó a Chiba, Japón, para enfrentarse al Kashiwa Reysol, el campeón de aquél país. Casi dos semanas después de lo sufrido en tierras cariocas y a 10 días de la eliminación local, Lanús quería cortar esa racha de cuartos títulos japoneses en la Suruga Bank; empezó al revés: antes de cerrar los primeros 45 minutos, el campeón de la Copa J. League se aventajaba en el marcador para marcharse a los vestuarios de buena cara. Los Mellizos tenían un tiempo apenas para revertir la situación. Con un gol en contra, pudo empatar el encuentro, pero otra vez la catástrofe: un polémico fallo del árbitro coreano a dos minutos de que termine el partido, sanciona un penal que quedará en la historia. Leandro patea y Marchesín no pudo contener. Lanús perdía otra vez la ilusión, la copa y terminaba con escándalo.

En octubre llegaba su presentación en la Copa Sudamericana. Su defensa. Luego de barrer con todos los rivales en la edición pasada, ingresaba directamente en octavos para enfrentarse a Cerro Porteño. La mano empezaba torcida. Desde el Defensores del Chaco, el Romero paraguayo desplegó su juego y marcó en duplicado, y el Pelado Silva descontó para el Granate para terminar 2-1. Pero, otra vez, como en la Recopa, quedaba la vuelta. Y esta vez, era en el Sur. Un par de errores en defensa terminaron con otro gol de Romero desde el arranque. Lanús la tenía cada vez más complicada, necesitaba dos goles para dirigir el partido a los penales. Y ahí llegó Braghieri. Con una corrida maradoniana desde mitad de cancha, esquivando uno, dos, tres y cuatro jugadores hasta llegar al arco y marcar. Los minutos posteriores fueron vitales para que el Granate marque el tanto del empate global. Pero el tiempo pasó y no el resultado se mantuvo quieto. Lanús quedaba afuera rápidamente de la Copa que tenía que defender. Esa que le dio la alegría del 2013 y quería custodiarla en este nuevo año.

Por último, el torneo local. El famoso Torneo de Transición previo al polémico campeonato de 30 equipos. Con una continuidad del Granate que fue de menor a mayor. A tal punto de estar varias fechas arriba. En realidad, en el segundo puesto. Fueron siete veces las que quedó como escolta. Pero nunca supo cómo hacer para matar esa ansiedad de quedar puntero.

Y vaya que tuvo chances. Justo luego de que se suspenden algunos partidos por una lluvia intensa, a Lanús le restaba jugar el segundo tiempo frente a Tigre en Victoria. Y su reanudación, que coincidió con la racha que se cortaba del River de Gallardo a manos de Estudiantes, fue de las peores: en 45 minutos, le convirtieron 3 goles. Y dejaba pasar un gran chance para quedar bien arriba de todos.

El segundo partido que más inclinó la balanza fue el de Independiente. Con especulaciones de que el Rojo iba a ceder los puntos para perjudicar a su eterno rival Racing, futuro campeón, el Granate visitó el Libertadores de América con confianza. En cuestión de segundos, esas expectativas se convertían en realidad: Silvio Romero abría el marcador ni bien empezó el partido. Pero el partido fue un fiel calco del semestre Granate; terminó perdiendo por 4 a 1 y dejando pasar una oportunidad clave para estar puntero.

El tercer y decisivo encuentro fue frente a Boca. Frente a un Xeneize desmoronado por la eliminación en la Copa Sudamericana. Fue en la anteúltima fecha y con la ilusión de no perderle pisadas a los dos de arriba (Racing y River). El primer tiempo terminó 2-0 a favor del Granate, todo cuadraba. Pero, en la segunda mitad y con el rival con jugador menos por expulsión de Insúa, el encuentro terminó igualado. 2-2. Otra vez, lo mismo. Pintaba bien y terminó mal. Lanús quedó afuera del quinto torneo que participaba del semestre.

Así fue el semestre para el olvido de Lanús. Con esperanzas en todos los torneos y con las manos vacía como resultado final. Con pasajes que iluminaban las almas granates y terminaban dándole frustraciones y lágrimas.

Lanús terminó así. Sin el pan y sin la torta. Ni la entrada, ni el postre, ni el café...

Además te puede interesar:

+ Lanús 2014: fin de un año movido

+ La Pizarra de Barros Schelotto: de mayor a menor

+ Torneo Final 2014: peleó pero se quedó sin nada

+ Terminar el año con las manos vacías