De a poco la generación dirigida por Carlos Bianchi a principio de los años 2000 se fue despidiendo. Uno de los pocos dirigidos por ‘Virrey’, quizá el único, que sigue vigente es Juan Román Riquelme. El enganche, uno de los máximos representantes de la institución, tiene muchas diferencias con la actual Comisión Directiva por lo que su retiro en Boca pareciese estar descartado, por eso hoy en el ‘Xeneize’ ya no hay jugadores que encajen perfectamente con la palabra “ídolo”.

Así, hay dos caminos a seguir. Uno de ellos es el fichaje de jugadores consagrados que luego tengan grandes actuaciones con la camiseta del club. El otro, el más económico y que también genera un mayor reconocimiento, es la formación de jóvenes que luego ‘explotan’ con sus rendimientos en la máxima categoría. Para que esto último ocurra, debe haber un DT que guíe a los ‘chicos’ y les indique como es la travesía hacia estar considerado entre los buenos profesionales que actuaron en una institución tan grande como la de La Rivera.

Rolando Schiavi fue quien este domingo dio el puntapié inicial como entrenador de la ‘Reserva’. Al igual que la “primera”, lo hizo en Tandil pero con un grupo de dirigidos que oscilan entre los 18 y 17 años. “Arrancan todos de cero y los vamos a exigir. Y el que no responda exigiéndose a sí mismo, la oportunidad va a pasar por arriba”, comentó en diálogo con el Diario Olé.

El ex defensor sabe lo que es vestir la camiseta de Boca: cuatro títulos nacionales, la Copa Libertadores del 2003 (ganó otra con Estudiantes en 2009), el triunfo sobre el Milan en la Copa Intercontinental de dicho año, la Copa Sudamericana del 2004, la Recopa del continente en 2005 y ser partícipe de la remontada en los clásicos contra River, justifican su grandeza.

Antes de su retorno a La Boca, el ‘Flaco’ integró el cuerpo técnico de Arsenal de Sarandí, liderado por el histórico Martín Palermo: “Fue difícil tomar esta decisión, por todo el tema de Martín y también el ‘Pato’ (Abbondanzieri). Me costó, fue difícil, porque yo estaba ya en un lugar acomodado. Pero Martín entendió que era una oportunidad única que se me daba, que era muy importante. Había que aprovecharla”.

En su primera jornada de trabajo en Tandil, el nuevo DT se presentó ante el plantel mientras que los ‘proyectos’ lo miraban atónito. “Hay muchos chicos que no los conozco, no los había podido saludar en el vestuario. Igual, soy yo el que los tiene que conocer, no es fácil. Apenas hay dos o tres que entrenaron conmigo. El resto son todos chicos nuevos para mí y hay que acostumbrarse a las caras, a los nombres”, expresó en el comienzo de esta experiencia.

Como en toda nueva etapa, Schiavi espera mucho de sus dirigidos. “Se tiene que entrenar al 100%. Como se entrena en la semana después se juegan los partidos”, mencionó en torno a sus expectativas. Al igual que todo joven, y todo ser humano, las fallas existen. Sobre esto pronunció “pueden cometer cualquier error, pero si se brindan completamente merecerán oportunidades”. Su máximo anhelo será oficiar como host en La Bombonera, en la previa de los partidos de Primera, “para ir sintiendo el clima de cancha y eso va a ir ayudando muchísimo”.

¿En un futuro ser DT de Primera? Lejos de incomodarse, sentenció: “No pienso más allá de la Reserva y tratar de ayudar a los jugadores para que entiendan lo que es jugar en Boca”.