Un partido perfecto. A Huracán le salió todo. Desde la última línea hasta la presencia de Ramón Ábila, que siempre se mostró victorioso en el cara a cara con los defensores peruanos. Wanchope luchó, aguantó, jugó, asistió y definió. Cumplió con cada requisito que necesita un 9 goleador y polifuncional. Infló la red en la primera que tuvo, robó la pelota dentro del área chica en el 2-0 para dejarle el gol a Romero Gamarra, y asistió a Toranzo en el complemento para que éste selle el resultado final del partido. 

En el medio, hubo un gran pase del mismísimo Kaku que concluyó con una definición del número 18 entre las piernas del arquero para anotar el tercero. El Globo superó a Alianza en todos los sectores del campo. Convirtió en inofensivo el toqueteo inocente del conjunto local en el inicio del partido, y eligió en los momentos justos dónde atacar y crear peligro. Pero su mayor virtud fue que cuando decidió salir de contragolpe, pisó el área contraria y casi siempre facturó, punto clave y principal causante del tan holgado resultado. 

Huracán, que se reencontró con la Copa Libertadores tras 41 años, brilló ante todo el continente americano y se convirtió en el primer equipo argentino en anotar cuatro goles en tierras peruanas.

El Globo vuela y vuelta, pero deberá confirmar su clasificación el próximo martes, cuando ante un colmado Ducó, reciba a Alianza Lima en el partido de vuelta desde las 19.15.