No alcanzaría ninguna nota, ningún libro para describir las hazañas de este hombre que no es hijo de Vélez sino que es hijo del fútbol mismo.

Ricardo Alberto el tigre Gareca es desde la humildad y el trabajo, un destacado en su profesión. Nació en Tapiales, el 10 de febrero de 1958. Se desempeñó como delantero y su carrera como futbolísta dejó un rastro de 174 goles en 456 partidos disputados en distintos equipos. Un dato y una estadística irreprochable.

Gareca debutó como jugador en Boca en el año 1978, pero no pudo hacer pié y cuando apenas había disputado 15 partidos pasó a préstamo a Sarmiento de Junín. Allí tras una gran actuación, el xeneize se lo llevó de vuelta ya más maduro y consolidado. Desulmbró con sus goles en aquellos tiempos- hizo 62 goles en 114 partidos- hasta que en 1984  un conflicto contractual marcó su salida definitiva de la institución de la Ribera. Emigró nada más y nada menos que a River.

Pocos partidos disputó con la franja roja el tigre y rápidamente fue transeferido al América de Cali. En Colombia consiguió con ese equipo los títulos nacionales 1985 y 1986.

Para 1989, Gareca retorno a un amor de la infancia, Vélez Sarsfield. Se transformó en ídolo en el club en el cual seguiría haciendo historia desde el banco de suplentes. Vistió la v azulada 117 veces y anotó 24 goles.

Su último club fue Independiente de Avellaneda y dio un cierre feliz a su extensa carrera ganando el Clausura 1994, en un histórico desempate frente a Huracán. En ese partido marcó el cuarto gol del rojo y no sería la última vez que el ahora director técnico, le arruinara la fiesta a los de Parque Patricios. Vale aclarar que también se alzó con la Supercopa Sudamericana ese mismo año.

Su gran labor lo llevó a cumplir el sueño de todo jugador, representar a la Selección Nacional. Disputó amistosos y eliminatorias. Inclusive anotó un gol trascendental para clasificar a la Argentina de Bilardo al Mundial de México aunque no fue convocado a esa prestigiosa competecia.

Como entrenador, los números hablan por sí solos. Ascendió a Talleres a la Primera división en 1998 y obtuvo la Conmebol en 199. Ganó el torneo Apertura peruano con Universitario en 2008. Hizo historia con Vélez al conseguir entre 2009 y 2013 cuatro torneos de primera división además de obtener la Superfinal en Mendoza frente a Newell´s en 2013.

Durante sus años como entrenador del Rortín, llevó al equipo a participar prácticamente todos los años en distintas copas internacionales. Alcanzó la Semifinal de la Libertadores en 2011 y la de la Sudamericana en 2012.

Pocos en este rubro pueden decir que no cosecharon enemistades. Ricardo Gareca es uno de esos pocos. Ejemplo desde todo punto de vista, seguirá haciendo historia con su estirpe y llevando toda su gloria pero también toda su humildad a cada desafío que se proponga. Toda la gratitud para con un hombre como ya no quedan en el mundo fútbol.