Un equipo con aspiraciones serias en un campeonato debe ganar como local, esa premisa es válida para todos e Independiente no es la excepción. Por eso, contra Arsenal la obligación era mayor teniendo en cuenta que en sus anteriores dos presentaciones en el Libertadores de América el equipo de Jorge Almirón no había logrado sumar los tres puntos.
Pero a pesar del clima frío de Avellaneda, el Rey De Copas comenzó encendido para aumentar el aliento de su gente. A raíz de esto, antes de que el reloj marque los 2 minutos logró gritar primero. Tras una buena recuperación de Méndez, la pelota llegó al área donde Riaño se la bajó a Albertengo quién vio llegando al capitán, Federico Mancuello que con su pie zurdo le pegó de primera con tres dedos para dejarla en el fondo del arco.
Sin embargo, esto no detuvo el hambre del conjunto local y tras un par de chances en los pies de Mancuello y de Riaño, llegó la segunda diferencia. Albertengo abrió el balón para Méndez quien envío un centro preciso a la cabeza de Claudio Riaño, que no perdonó al arquero Limia.
Ya en el complemento, los primeros minutos no se lo encontró de la misma forma al Rojo quien no sufría, pero no lograba plasmar la diferencia que había quedado clara durante la primera etapa. A pesar de esto, cuando el reloj llegaba a los 65 minutos, nuevamente aparecía el mejor jugador del encuentro, Jesús Méndez quien con un pase precioso asistió a Lucas Albertengo para que este definiera con calma al palo izquierdo del arquero del Arse.
Ya para el final quedaba la frutilla del postre, Víctor Cuesta aprovechó un tiro libre ejecutado por Federico Mancuello para redondear la goleada. Independiente tuvo chances para aumentar el tanteador, pero el final marcaría el 4 a 0. La victoria suma en confianza, pero más suma en calma y entusiasmo para la gente y el equipo por la buena performance expuesta. Lo más importante, es ganar y en casa siempre se disfruta más.