Argentina ya empieza a tachar los días que restan para el 11 de junio. Es que la Selección que dirige Gerardo Martino ya dejó atrás los amistosos y sólo mira a Chile, donde se jugará la Copa América. En este último compromiso, venció a Ecuador por 2-1. Lionel Messi miró el partido desde el palco presidencial.

Si bien la Albiceleste levantó el nivel considerando cómo jugó contra El Salvador, se notó la falta de aceitar algunas cuestiones, sumado a ciertas imprecisiones, especialmente en la transición defensa-mediocampo, donde Javier Mascherano fue clave. La ausencia de Lio Messi en el campo de juego es otro factor influyente, ya que, sin su emblema, el equipo no es el mismo.

El primer tiempo, salvando todas estas cuestiones, empezó feliz para la Argentina. A los ocho minutos, tras un centro de Ángel Di María, Sergio Agüero anotó el primer tanto de cabeza. La jugada fue muy similar a la del gol que se perdió Gonzalo Higuaín, contra los salvadoreños: tiro de esquina de Fideo Di María, peina un compañero en el primer palo y el '9' entra sin marca por el fondo. La diferencia es que el Kun Agüero acertó al arco, algo que con el Pipita Higuaín no había sucedido.

A pesar del buen arranque, con ventaja incluída, el funcionamiento albiceleste se fue oxidando y los ecuatorianos fueron con más decisión por el empate.

Muchos remates lejanos, especialmente desde los pies de Ángel Mena y Felipe Caicedo, además de los excelentes centros que completaba Jaime Ayoví desde su banda.

Fue justamente tras un centro del lateral que llegó el empate. La pelota lo sobró a Ezequiel Garay y le quedó a Miller Bolaños, que, apurado por la llegada por su espalda de Mascherano, sacó un remate defectuoso. Sin embargo, la trayectoria se desvió levemente en Nicolás Otamendi, descolocando a Sergio Romero y marcando el empate.

El primer tiempo terminó sin más emociones, muy distinto a lo que fue el arranque del segundo: Argentina salió a la cancha con hambre de victoria y con un juego mucho más fluído, correcto en los pases y muy paciente.

El ingreso de Roberto Pereyra le cambió la cara al equipo, que contó con Javier Pastore como figura estelar y comandante primero de los ataques, combinando bien con un Di María que terminó exhausto.

Fue, además, el Flaco Pastore quien, a los 58, logró poner nuevamente en ventaja al combinado argento, tras un centro de Di María que dejó a la defensa pintada y a Alexander Domínguez sin chances de evitar el tanto.

El 2-1, evidentemente, fue un golpe duro para los ecuatorianos, que ya no tenían tanto entusiasmo como en la primera parte, además de verse ampliamente superados por su rival. Los cambios del Tata Martino sólo sirvieron para descansar a algunos jugadores cansados y dar una nueva chance a otros, como Carlos Tévez, Ever Banega y Ezequiel Lavezzi.

Con los dos equipos en sintonías diferentes y un marcado cansancio en ambos, el partido llegó a su fin. En la nevada New Jersey, Argentina ilusiona a su gente y cuenta los 72 días que restan para el torneo continental.

Los goles:

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