"No me lo contaron, yo lo vi: había un muchacho que en los pies tenía pinceles y cuando era todo gris él pintó a zurdazo limpio un antes y un después". Así reza una de las estrofas de "Beto", tema del reconocido músico argentino Ignacio Copani. Con este simple fragmento, se puede graficar, imaginar lo que fue uno de los más grandes jugadores del Club Atlético River Plate: Norberto el Beto Alonso, el de la zurda "mágica", el de la pelota naranja.

Justamente allí estuvimos, en el estadio Antonio Vespucio Liberti, hogar de River Plate y del mismo Alonso, que nos recibió personalmente en su oficina. Una estantería que sostiene una placa homenaje para el mítico ex jugador, un escudo del Millonario en madera, con una caricatura de Ariel Ortega a un costado de un mueble, sobre el cual, en la pared, se puede observar un cuadro que muestra, en relieve y distintos materiales, los cinco títulos internacionales del Millo (previos a la Copa Sudamericana 2014 y la Recopa 2015), dos imágenes del estadio Monumental, las distintas camisetas que utilizó el equipo de Núñez e imágenes de históricos jugadores.

Así las cosas, escritorio por medio y dos sillas (un rompevientos de River reposaba en el respaldo de una de ellas), el Beto nos brindó una charla inolvidable. "Va a ser una entrevista simple", había comenzado diciendo, "para saber, más que nada, lo que es su trabajo acá en la Institución, qué opina del equipo y lo que es su persona". De simple no tuvo nada. La charla se extendió por más de media hora y dejó mucha tela para aprovechar.

"Soy la cara visible de la Institución y estoy manejando la escuela de fútbol. Si bien ya existía la escuela de Ángel Labruna, en el exterior e interior estamos tratando de poner esta función que no se tenía, la de un departamento de legales y esas cosas, para que no utilicen a River en todas las escuelas. Pasa que juegan a poner una escuela con el escudo de River y nosotros tratamos de emprolijar todas esas cosas. Nosotros podemos mandarles profesores, todo tipo de cosas y ver cómo trabajan, pero para darles permiso tenemos que ir a ver los predios que tienen y demás. Tuvimos un problema con un chico, una vez, en Rosario, y al que van a hacerle el juicio siempre es a River, porque es la Institución que siempre pone la cara, entonces, para emprolijar todo eso, ya abrimos un par de escuelas", comenzó contando Alonso, con la tranquilidad y claridad que lo caracterizó siempre.

La llegada del Beto a la dirigencia riverplatense coincide con la del nuevo y actual Presidente, Rodolfo D'Onofrio. En ese momento, año 2013, River acababa de volver de la Primera B Nacional, categoría a la que descendió por primera vez en su gloriosa historia bajo el mandato de Daniel Passarella. Luego, con la elección del actual mandatario, llegaron los títulos (dos torneos locales y dos internacionales), se estabilizó al club económicamente y el equipo volvió a jugar como la historia manda.

Por esto consultamos al eterno emblema, para saber su opinión sobre qué hizo que River pasara de jugar en el Nacional B, a ser un equipo imparable y multicampeón.

P: ¿A qué debés el cambio rotundo del equipo con el cmabio de diriencia?

R: Pasa que hubo un cambio. Díficil volver para atrás y acordarse de lo que pasamos, de lo que vivió el club y sus hinchas con la gestión anterior, realmente es un cambió de cien por cien, es un giro impresionante y se puede reflejar en los resultados del fútbol, con ‘el Pelado’ Díaz y sin ‘el Pelado’ Díaz. El club sigue caminando, es otra gestión y manejada por gente que son de River, cosa que, en la anterior, no había.

P: Ya que hablamos de la cuestión futbolística, de la llegada de los títulos, ¿cómo opina que está ahora presente del equipo? Comparado con lo que fue el año pasado, cuando River era prácticamente impasable, que se hablaba de un gran River y que ahora, si bien no juega mal y sigue teniendo resultados, no demuestra ser el mismo del año pasado.

R: Yo creo que cayó un poco en el rendimiento, ya los contrarios te empiezan a tomar la mano… por todas esas cosas, acá en River, tenés que tener tres planes: plan “A”, plan “B” y plan “C”. El fútbol se hace muy dinámico, tenés que tener los jugadores y la columna vertebral, ver que no se lesione ninguno.

P: ¿Creés que hay poco recambio en el equipo?

R: Hay poco recambio, pero River tampoco se puede hipotecar otra vez, porque tiene jugadores en divisiones inferiores que tienen que competir y, a veces, te tenés que arreglar con lo que podés.

P: Y hay algunos que están explotando ya, como es el caso de ‘Gio’ Simeone, de Driussi, Boyé…

R: Sí, por suerte tenemos de ahí esa camada. A los chicos se les va a hacer difícil porque es un cambio enorme, pero el que tiene personalidad es el que va a seguir.

P: Ya hablando del torneo local, separándolo con lo que es la Libertadores, empezó más o menos y ahora levantó. Es un torneo largo, creés que va a poder mantenerse, que va a mejorar…

R: Esto te lo va a decir esta semana, que va a ser clave. Hoy y mañana van a ser clave, porque está la Copa y hay que ver cómo queda River parado en la Copa Libertadores y son muchos campeonatos. Vos me podés decir “Sí, es campeonato pero, de repente, hay en un campeonato dos partidos sólos”, como pasó ahora con San Lorenzo (Recopa), pero hay que ganarlos. River siempre tiene que ganar todos los campeonatos que se le presenten. Al técnico creo que se lo está ayudando, ya no se puede comprar más, traer extranjeros no podés y en el mercado local te piden una fortuna, a parte no tenés muchos jugadores como para decir “voy a buscar a tal jugador”, porque es difícil, porque es lo que te piden acá también.

P: Claro, porque podés hacer una operación arriesgada que si llega a fallar…

R: No, pero puede pasar con un jugador de Primera que de repente vos comprás un jugador y no te rinde, entonces el del club tiene más ventaja, porque conoce lo que es River. Al que viene de afuera, hasta que se acomoda, le pasaron por arriba.

P: ¿Qué opinás del torneo de 30 equipos?

R: La verdad, vamos a saber cuando termine. Algunos equipos, de repente, no sé cómo van a terminar con el tema de lo económico, porque siempre River y Boca salvan un poco al fútbol en general. Vamos a ver en lo económico cuando los equipos se vayan cayendo y la gente no los vaya a ver

P: Hay muchos clubes que van a quedar en el medio de la tabla y no van a pelear por nada…

R: Por nada. Yo lo hubiese dejado como estaba, pero bueno…

P: ¿Hubieras propuesto un campeonato al estilo europeo, de dos ruedas, a 38 fechas?

R: No, si encima estamos ahora con 30 equipos, ya son muchos equipos. Yo lo habría dejado como estaba, porque, la verdad, innovar en el medio de la tormenta.

P: ¿Ahora lo volvería atrás, volviendo al formato de 20 equipos?

R: Yo lo haría más simple. Los tres equipos que jugaron mal, se van al descenso y los tres que jugaron bien, suben. Así sucesivamente con la A, la B, la C… No haría tanto experimento, vos tenés que ir viendo también cómo está el país, que tiene mucho que ver. Vamos a ver, porque en medio de la tormenta esta tenés también la muerte de Julio, un tipo avezado en la materia. Yo creo que no hay que apresurarse.

P: De la Selección Argentina y de Martino, ¿qué opina?

R: Yo creo que Argentina no va a tener problema en la clasificación. De formar un equipo no creo que tenga problema, porque tiene jugadores todos jugando en el exterior y los que están convocados de acá. Yo sigo pensando que, a veces, tener un equipo afuera y tener un equipo local sería muy importante. También, de repente, si no podés clasificar en medio de cinco equipos, tampoco podés salir campeón en el Mundial, o te va a costar. Yo trabajaría con dos equipos, pero cada uno tiene su forma de trabajar, de repente el hecho de los resultados también cambia, pero es un trabajo de cuatro años y hay que dejarlo que termine. Hay que ver qué proyecto tiene el técnico en la cabeza.

P: Decía de formar una Selección acá y una con los jugadores del exterior, ¿y la Selección Olímpica?

R: La Selección Olímpica tiene que ser ganadora, yo creo que va a jugar con los de afuera, por la experiencia y porque va a querer ganar. Yo creo que el técnico va a querer traer una Selección Olímpica como para no pasar vergüenza y va a jugarse a todo.

P: El hincha de River ¿cambió en los últimos años, comparado con décadas anteriores?

R: Sí, son muchos jóvenes. La juventud que, de pronto, no está empapada en la Institución, o no vio determinados jugadores, o determinados equipos, de repente el paladar es otro. El chico ahora quiere venir a la cancha a ganar para que no lo carguen y dejó de lado el jugar bien. Yo digo que cada uno ve lo que le nace y se acerca al club cuando le nace. Yo priorizo siempre jugar bien, ahora, para jugar bien tenés que hacer un trabajo en Divisiones Inferiores, darle las pautas de lo que es el juego en sí y darles una idea de juego desde abajo. Mostrarles cómo jugaban los jugadores de Primera y seguir una línea, para que vos tengas un reemplazo ya desde la sexta y que empiecen a ver cómo está jugando el equipo de Primera, porque de la sexta podés saltar a la Primera División, entonces eso lo tienen que ver los técnicos o reunirse permanentemente con los técnicos de Divisiones Inferiores.

P: Recién mencionabas que los jóvenes por ahí no vieron a algunos jugadores. Para ellos que no te pudieron ver jugar, ¿cómo te definirías?

R: Yo respeté mucho mis conceptos y la línea de juego. Yo estoy desde los nueve años acá y la línea de juego la conocía a la perfección. Mamé mucho potrero, lo principal es tener carácter para que, a medida que vas pasando las Divisiones Inferiores, el carácter lo tenés que tener muy firme y demostrar jugando en Primera. Yo jugué en Primera a los 17 años, era muy joven, pero venía ya con una tranquilidad… Yo me metía en la cancha a divertirme. Es lo que me decía ‘el Maestro’ Didí, cuando me sacó de la sexta, me dice: ‘Hay que divertirse. Después, lo demás, se logra. Pero si vos no te divertís no podés divertir a la gente’. Creo que caí en la vida, al dedo, para venir a esta Institución. Eso es un don que te da el de arriba, está todo marcado y, por eso, creo que la gente te elige como el estímulo para ellos mismos, para venir a verte y saber que todo lo que mamaste desde los nueve años lo ponés en práctica. Yo soy de River y siempre jugué por la camiseta y jugué siempre por el amor a la pelota de fútbol, la respeté siempre, de punta para arriba nunca y, cuando tuve que hablar con un técnico hablaba y le preguntaba y le pedía qué era lo mejor para el equipo, o sea, tenía diálogo y bueno, eso te va ayudando mucho. Y en Divisiones Inferiores tenía maestros que los escuchaba, sus conceptos y que eran muy importantes.

R: ¿Te sentís el máximo, o un gran ídolo de River?

P: Yo eso no lo hablo, eso lo dice la gente. Lo único que sé es que, como digo siempre, yo me llevé el corazón de la gente y ellos se llevaron el mío. Sé que hice muchas cosas. Todo, todo, todo, di todo, no me quedó nada, por eso, cuando yo me retiro en el ’87, entré por la puerta grande y me fui por la puerta grande, eso te ayuda en la vida para no tener que extrañar el fútbol, porque sino, a lo mejor, hay mucha gente que se vuelve loca.

P: Claro, ¿sentís que no te quedó materia pendiente?

R: Claro. Yo, la verdad, di todo. Di todo y dije todo de frente, no escondí nunca nada. Al River le dejé el corazón y como lo traje de River, quedó intacto. Si soy el máximo ídolo, eso lo decide la gente, no lo puedo decir yo.

P: ¿Tenés a alguien que, para vos, sea el más grande ídolo de River? Desde tu punto de vista.

R: Angelito, Ángel. Nos mirábamos solamente y ya sabía lo que él me quería decir, lo que iba a pretender de mí dentro de la cancha. A parte, me tiraba la camiseta y ‘¿Qué te voy a decir?, me dice, ‘hacele sombra un poquito al cinco y nada más’. No tenían que dialogar mucho los técnicos conmigo, porque, a parte, yo me sentía, como jugador, que respetaba mucho a los técnicos, pero que en la cancha juego y mando yo. Si yo tengo que estar escuchando, de repente, que me manejan a control remoto no sé, no me sentiría con la libertad como para hacer todas las cosas que hice. Eso quedó claro en la cancha. Después, el que te puteaba o te aplaudía era uno, entonces, eso lo tenía muy claro Angelito y el Bambino Veira y todos los técnicos que tuve lo tenían claro, que te veían el carácter y uno se iba desarrollando en este deporte.

R: Van a presentar una camiseta conmemorativa por tus goles a Boca en 1986, ¿cuándo se va a presentar y qué genera en vos ese homenaje?

P: No tengo idea. No, porque los chicos no sé qué dijeron. Qué están trabajando, qué no están trabajando, no me comentaron nada, me dijeron que falta un año, así que vamos a seguir disfrutando. Ayer se cumplieron 29 años, falta un año más y veremos qué pasa. El cariño de la gente no lo voy a perder, el amor que tengo yo hacia la gente tampoco lo voy a perder, así que veremos.

P: ¿Qué diferencia notás en el fútbol argentino ahora, comparado con la década del ‘70, ‘80?

R: Que se corre más, que se piensa menos… y eso tiene que ver mucho con el potrero, ¿no? Se perdieron los potreros, la viveza, la picardía del potrero. El fútbol argentino se hizo más negocio; más se piensa en lo económico que en lo futbolístico, se abrieron plazas afuera que en otra época no existían y eso va haciendo que se vaya deteriorando lo que es el juego. Se cambió todo.

P: ¿Creés que el crecimiento del mercado europeo afectó?

R: Y si, bah, “afectó”; a algunos los benefició. Esto ya se convirtió en un negocio. De repente jugaste un año acá, tenés un buen año y chau, te llevaron y no te conoce ni mamá. Yo prefiero, si vuelvo a nacer de vuelta, que me pase exactamente lo mismo. O sea, lo que yo me he divertido adentro de una cancha de fútbol, eso, no tiene precio, no hay dólares, no hay plata, eso no lo cambio por nada. Eso es innegociable. Y aparecieron los representantes, muchos representantes, esto es una cadena; están viendo a los padres, desesperados por ganar. Mi viejo ni se metía en Divisiones Inferiores. Los viejos se corrían. Sí había alguno que le gritaba al referí, que le decía ‘cuervo’, así sin insultos, sin nada, porque no escuché a ninguno de los padres gritar en ese momento. Los viejos no venían a salvarse con nosotros, en ese momento. Venían a ver el partido, para ver cómo jugábamos, simplemente, como nos divertíamos. Y con mi viejo, que tenía conceptos muy claros sobre el fútbol, conversábamos y, la verdad, nunca me retó porque erré un caño, erré un sombrero, al contrario, me enseñaba. Desde chico. Por eso mi viejo me enseñó muchas cosas, como a cabecear, que eso se practica, me hizo zurdo y realmente tuvimos, con mi viejo, cuando formamos un equipo ahí, en el barrio, sabía perfectamente bien como cuidarme.

P: Hay algo que se está estirando ya incluso en el fútbol infantil y es que los padres se van metiendo cada vez más y que quieren sacar al hijo jugador para salvar por la plata. Vos decís que esto antes no pasaba…

R: Y a lo mejor el chico no quiere. Antes no pasaba, no, eso te lo puedo asegurar. Y uno ve la desesperación y no se dan cuenta los padres que esa presión no lo deja ser feliz al chico.

P: Se rompe con eso que vos decías de entrar a una cancha y divertirse…

R: Si, porque, a parte, yo creo que hay tipos que tienen un don para divertirse cuando se es grande también y que el tipo, de repente, tiene que hacer el trabajo sucio. Tenés de todo, porque sino no es un equipo, pero, acá, el que siempre va a quedar en la historia es el que hace divertir a la gente. Y el tipo que gana campeonatos y el tipo que hace goles en la cancha de Boca y esas cosas van a siendo a la personalidad, al ídolo, al referente. Pero con eso los padres tienen que tener mucho cuidado.

P: ¿Qué tan importante es para vos que los ídolos vuelvan a tener tanta influencia en la Institución? Como lo es en el trabajo en Inferiores, vos mismo y el trabajo que estás haciendo, la llegada de Enzo…

R: Y porque conocen la Institución. Algunos más, otros menos. A mí me tocó jugar acá, desde los 17 que empecé en Primera hasta los 34, 35. O sea, es una cantidad de años con experiencia dentro del club, por caminar por los pasillos, conocer el club a la perfección. Entonces, ¿cómo no van a darle cabida, si tienen conocimiento? Ahora, si vos me decís que estás un año, dos años, es otra cosa. Yo creo que el respeto por sobre todas las cosas, al tipo que siente, que sintió la camiseta, lo tienen que tener todos los dirigentes y toda la gente. Yo me siento un tipo que, con la gente, la verdad, ya no tengo palabras de agradecido y ellos para mí, por cosas que fuimos caminando a través de los años.

Mundo D

P: Para terminar, ¿cuál creés que es la diferencia fundamental, futbolísticamente hablando, entre lo que planteaba Ramón Díaz en el plantel y lo que está haciendo Marcelo Gallardo? ¿Cuál es la diferencia como técnicos entre ellos?

R: Conocen River. El conocimiento de River es básico. Ramón fue el técnico más ganador, ahora Gallardo está buscando una posición más o menos igual que Ramón Díaz. Recién es el comienzo y vamos a ver cómo le va yendo. Arrancaron de los nueve años también. El jugador de adentro del club tiene otro panorama, otra visión. Hay tipos que ven el fútbol de una manera y otros que lo ven de otra. Hay tipos que salen campeones con suerte, porque justo hay un equipo que compraron jugadores, porque el club en algún momento empezó a comprar y comprar; estuvo Salas, estuvo la época esa y así se te hace más fácil ser técnico. Pero mientras puedas equilibrar la balanza de lo económico, va todo bien. Ahora, si te volcás para un lado y te quedás sin equipo y sin plata, a veces, es complicado.

La nota cerró con un agradecimiento del Beto, el que supo ser campeón local, contnental y mundial en River, que se fue por la puerta grande y quedó en la historia. El ídolo de ayer, hoy y mañana.