El equipo de Marcelo Gallardo era uno de los principales candidatos a quedarse con el Grupo 6 de esta copa, por historia y sobre todo por el gran 2014 que tuvo en donde logró un juego excepcional  y consiguió la Copa Sudamericana. En los papeles era fácil, pero en la práctica fue complicado, y mucho.

La primera derrota del equipo en la altura de Oruro fue dura como toda caída, pero se minimizó por el hecho de que River realizó un gran trabajo en lo colectivo y el tema de la altura fue una excusa que se tomó como caballito de batalla. En ese entonces, el mundo River pensó que las victorias llegarían pronto.

Las victorias no solo no llegaron pronto, sino que con el pasar de los partidos la clasificación se veía más lejos. Fueron tres  empates (Juan Aurich x 2 y Tigres de local), en los que River tranquilamente podría haber salido victorioso, en partidos en los que no supo definirlo ya que generó esas chances para llegar al arco contrario.

El último empate de River frente a Tigres, en México, fue una muestra de que las oportunidades que el destino le dio al Millonario para clasificar no se tenían que dejar pasar. Muchos resultados propios y ajenos que se dieron como para que el equipo llegue a este último partido con chances de pasar a la siguiente fase.

En contexto con el campeonato local, el equipo de Marcelo Gallardo viene en remontada con varias victorias al hilo, lo que le hizo posicionarse en el primer lugar junto a Boca, San Lorenzo y Rosario Central. Esta remontada que tuvo el equipo, debía verse reflejada en el plano internacional.

El partido contra San José de Oruro era la chance que tenía este equipo para lograr su primera victoria en lo que va de esta Copa. Mínimamente debía conseguir los 3 puntos, ya que la clasificación no dependía solamente de ese resultado. Al final de cuentas, todo se dio para que esta victoria sirva y ponga al Millo en los octavos de final de la Copa Libertadores.

Ahora comienzan los mano a mano, en donde se verá la verdad y como dicen algunos, “comienza la verdadera Copa Libertadores”. Es por eso que el equipo deberá volver a acostumbrarse a vencer, para generar esa confianza que le haga ganar estos partidos decisivos.

Sea con quien sea, los problemas que el equipo tiene en los partidos son propios. Así como River se genera sus propios problemas dentro de la cancha, los puede resolver, y es hora de que esto suceda para que volvamos a ver al equipo de Marcelo Gallardo, llegar a lo más alto del fútbol continental, y porque no, del fútbol mundial.