Vergüenza, repudio e indignación. Esas palabras, que le duele al todo pueblo argentino que realmente ama al fútbol nuestro de cada día. Lo que sucedió en la noche de ayer, quedará en la historia negra de nuestro fútbol. Un deporte, que se convirtió en una guerra.

Boca y River se enfrentaban por los octavos de final de la Copa Libertadores de América. Partido decisivo con un árbitro en el ojo de la tormenta. Cabe remarcar, que la actuación del juez en el campo de juego fue efectiva y correcta en los 45 minutos jugados.

Luego de los incidentes y la decisión de interrumpir el partido, Darío Herrera habló con Fox Sports y comentó que “La decisión era jugar el partido, hacer todo lo posible para ello. Hay motivos por los que no se pudo. Los sabemos todos”, y agregó: “Vamos a analizar todo lo que ha sucedido y lo informaremos. Pero nos tenemos que reunir, hablar bien, en un ambiente tranquilo. Ver las incidencias, cómo fueron, qué pasó”.

Lo que todo el público le cuestionó, tanto al representante de la Conmebol, como a la terna arbitral, es la demora en tomar la decisión lógica. El árbitro principal explicó: “Nos demoramos una hora porque la decisión era hacer todo lo posible para reanudar el partido, pero no se pudo”.

Qué pasará con este partido no se sabe aún, pero si algo queda claro es que no se tiene que repetir nunca más.