Para cerrar la jornada 14 del torneo doméstico, uno de los dos partidos era en el Sur; el Granate recibía a Olimpo de Bahía Blanca con la idea de levantar los dos pasados empates y volver a recuperar la imagen que tuvo a principios de año.

En una noche que no parecía ser de junio, los dirigidos por los Barros Schelotto empezaron con el pie derecho; una gran posesión de la pelota, la que iba y venía de acá y allá, aunque costaba que llegue al arco de Champagne. Recién la primera llegada vino desde un tiro libre: obviamente con la magnífica pegada de derecha de Ayala, que rozó el travesaño y avisó a los siete minutos.

Concluído el primer tercio del primer tiempo, Acosta transformaría la posesión y pases en el 1-0. En una jugada desarrollada desde abajo, el Marciano Ortíz desbordó por izquierda y tiró el centro para que el Laucha le gane la dividida en el aire a Quiroga, pese a los centímetros, y defina perfectamente para explotar el estadio.

Justamente el más ovacionado cuando la voz de los altoparlantes mencionaba su nombre, le devolvía a la hinchada la gratitud con un gol.

El Granate mantenía la posesión como estandarte, con Fritzler como titiritero en el mediocampo, tratando de llegar al área cuando se podía, o sino, optar por un pelotazo largo por el aire o por el suelo para Acosta o Melano. Mientras, la visita se aproximaba a campo contrario a través de pelotas paradas, que igualmente no ocasionaban ningún peligro.

Pero cada vez insistían más. Empezaron a invadir el terreno de Lanús y acorrarlos ahí, aunque no producían oportunidades de gol. El local se equivocaba atrás y en el medio para sacar la pelota y volver a la ofensiva, presionado por los bahienses, que, con el balón en su poder no podían superar la barrera defensiva.

Contrariamente, tanto insistieron con pasarse la pelota que hasta llegó el error en el lugar donde no debe haber errores. Cerca del arco propio, Sills se la cedió a Quiroga, que se durmió; y ahí estaba él, el más querido por el público, el Laucha Acosta. Anticipó la jugada y robó para quedar mano a mano con Champagne, cruzándole la pelota al palo más lejano, el izquierdo.

Lanús se iba a los vestuarios con el resultado a favor por 2-0, pero Acosta, además, se iba con todo un pueblo coreando su nombre, que se engrandecía cada vez más.

En el complemento, esta vez con camiseta blanca, el partido mantendría la línea con la que terminó; pese al segundo tanto, Olimpo seguía siendo más posesivamente, pero en la segunda mitad llegarían las chances de convertir.

Desde los 4 minutos, Amoroso tiraría un intento de centro, que terminó yendo directamente al arco, aunque sin problemas para Monetti. Quince minutos después, Encina encara por el medio y remató débilmente a las manos del arquero. Olimpo llegaba, por lo menos, pero sin oportunidades claras de descontar.

La tercera, última y más clara de los dirigidos por Osella llegaría recién a la media hora, con el ingresado Joel Acosta que remató cruzado desde afuera del área y obligó a que Monetti se estire a su derecha por primera vez en el encuentro y mande la pelota al córner. Olimpo jugó la segunda parte como Lanús jugó la primera: mucho tiempo la pelota y pocas chances, aunque el local tuvo algunas más claras y supo aprovecharlas.

Un cabezazo de Fritzler tras centro desde el córner izquierdo de Pasquini fue la única chance que se le presentó al Granate, como telón a lo más atractivo que le sucedió en el complemento a Lanús: a tres del final, una nueva ovaciónal Laucha Acosta, que salía sustituído por Silva, y lograba que La Fortaleza lo aplauda y lo coree por cuarta vez (en la previa, los dos goles y ahora).

2-0. Con Laucha afuera, y el tiempo ya casi liquidado. El partido también lo estaba. El Granate volvía a ganar, cinco fechas después, cuando derrotó por 2-1 a Banfield en el clásico, y el estadio era una fiesta, pese a la pérdida de Araujo y Gómez para el próxima partido, por quinta amarilla.

Lanús ganó, sin sacar mucho brillo, pero ganó. Quedó 14 en un torneo de 30 equipos y, por ahora, pelea un lugar por la Sudamericana, aunque la intención es la Libertadores, la que quieren todos.