Argentina depende de un milagro para clasificar a los octavos de final de la Copa del Mundo Sub-20. Con tan sólo dos unidades en tres partidos, deberá esperar que dos partidos terminen en empate, y así clasificar. En caso de que alguno de los dos resultados, no se da, el conjunto dirigido por Humberto Grondona quedará eliminado.

En el partido ante una paupérrima Austria, la Argentina no consiguió en ningún momento del encuentro un juego claro y llegadas profundas al arco del equipo europeo. Los defensores se convirtieron en delanteros, y el único que quedó para combatir en el medio campo fue Nicolás Tripichio.

Distribución de balón efectiva, una voluntad inquebrantable y multifacético ante el excéntrico modo de posicionar jugadores por parte del entrenador, Humberto Grondona. En el partido ante Austria, jugó de volante izquierdo, mediocampista defensivo y también como último hombre.

Argentina está prácticamente eliminada. Un milagro le permitirá jugar los octavos de final. No lo merece. Jugadores que no demostraron estar a la altura ante equipos de muy bajo nivel, y sin ideas desde el cuerpo técnico.