David Ramírez jugó su último partido con la camiseta sabalera el domingo 31 de mayo en el empate 0-0 frente a Estudiantes en el estadio Ciudad de La Plata. En ese encuentro, el volante sufrió una molestia muscular y por ese motivo no estuvo presente en la fecha siguiente cuando Colón fue local ante Huracán. Este partido marcó la despedida de Javier López como entrenador. 

Una vez que asumió Darío Franco como DT de Colón tomo la decisión de no tener en cuenta para la segunda parte del campeonato a David Ramírez, Emiliano García, Guillermo Ferracuti, Sebastián Eguren y Raúl Becerra. A partir de ese momento los jugadores comenzaron a trabajar apartados del plantel y en distintos horarios a los que lo hacían sus compañeros. En una situación inédita, ya que no existía ninguna medida disciplinaria como para apartar a los futbolistas.

Los dirigentes pretendían rescindir los contratos, dado que el técnico no los iba a tener en cuenta. El único que pudo desvincularse fue Sebastián Eguren quien se sumó a Nacional de Uruguay mientras que los otros cuatro jugadores seguían entrenando como podían.

En las últimas horas, por pedido del plantel el cuerpo técnico les permitió que vuelvan a entrenarse con el resto de sus compañeros. 

Sobre esta nueva incorporación al entrenamiento junto al plantel, Ramírez expresó: “Nos dijeron sobre la hora que debíamos presentarnos a entrenar con el grupo, pero  no fue una noticia comunicada por los dirigentes como sí lo fue cuando nos desafectaron del grupo. No sé por qué nos mandaron a entrenar a otro horario, ni tampoco sé por qué ahora nos convocaron nuevamente. No voy a desobedecer las órdenes, para no recibir más castigo”.

Ramírez hizo referencia a la forma en la que les toco entrenar una vez separados del plantel: “Parecía que no querían que nos cruzáramos con el resto del plantel, la primera vez que pasó eso nos avisó  uno de los profes y después nos enteramos que fueron los dirigentes los que tomaron la decisión de que no trabajemos con el resto del plantel. Se pasan la pelota uno a otro y todo es muy  desprolijo como siempre, el técnico nos dijo que él nunca decidió que nos apartaran y que no estaba de acuerdo con esa determinación”. 

Tambien hizo referencia a los horarios en los que debían entrenarse: “No nos quedaba otra que obedecer y acomodar los horarios en función del entrenamiento del plantel. Si ellos practicaban a la mañana, nosotros debíamos hacerlo a la tarde, en el horario que nos decían o bien nosotros fijábamos la hora, porque ni siquiera nos comunicaban  la hora”.

Respecto a los responsables de esta situación: “Sin dudas que es responsabilidad de los dirigentes, a un compañero que fue a hablar por nosotros le dijeron que era una decisión que ya estaba tomada. Lo que nunca entendí fueron los motivos para que suceda esto”.

David Ramírez finalmente se refirió a la situación personal que le toco vivir junto a sus compañeros: “Tengo la cabeza destruida y mis compañeros también, nos trataron muy mal y sin razón, más allá del rendimiento de cada uno. Como se manejaron con nosotros nada tiene que ver con el fútbol. Nos sentimos forreados y basureados. Lo mismo sienten mis compañeros. Íbamos a entrenar a la tarde y muchas veces ni el profe asistía. Por ahí el Chueco (Miguel Robledo) que se portó muy bien con nosotros sacaba un profe de las inferiores para que vaya a trabajar con nosotros, porque le daría lástima en las condiciones que lo hacíamos. Nosotros nos rebuscábamos sacando conitos y  estacas, con la experiencia que nos dejó el fútbol y los entrenamientos que hicimos durante toda la carrera. Nos armábamos los trabajos nosotros, pero la verdad es que muchas veces no te daban ganas de nada. Fue muy duro entrenar de esta manera y hoy no estamos a la altura del resto”.

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