León. Un todo terreno que tiene mente y cuerpo de experiencia pura y satisfacciones disfrutadas como pibe de barrio que jugaba en el potrero. Así se muestra Leo, un jugador que a base de sacrificio y humildad se acopló al futuro del Millo y la Selección Argentina, como lo es Matías Kranevitter, y la descosieron los dos. Juntos, con dientes apretados y marcando a los mejores jugadores de América, se consagraron campeones de cuatro copas internacionales en este año recorrido de la mano del Muñeco Gallardo.

Al regresar esta mañana al país, el plantel del Millo tendrá dos días de descanso para poder estar con la familia y disfrutar de los pequeños placeres de la vida que a veces se convierten en gigantes. Gigante como Ponzio que frenó y esbozó algunas frases para los hinchas y la prensa: "El viaje fue un poco anormal, largo. Después el partido sabíamos que iba a influir lo físico porque el rendimiento podía caer. Pero trajimos otro título para la Argentina. Nosotros fuimos superiores y el resultado marcó eso", destacó Leo.

Recibido por cientos de hinchas en Ezeiza pesar de la hora, el santafesino marcó y señaló con cuatro simples palabras el contexto que se vivió en el aeropuerto: "Es parte de River".

Ya finalizando el contacto con la prensa, el mediocampista todo terreno del equipo, confirmó la mirada del plantel ante tanto éxito y denotó con profunda importancia la humildad que hay que mantener para seguir en la cosecha de vueltas olímpicas, trofeos y buen fútbol: "Hay cosas importantes todavía por jugar y venimos bien. El grupo está como siempre, humilde, un grupo que va para adelante, con muchas cosas en la cabeza, pero los pies sobre la tierra", cerró Leo.

De esta manera llegó al país La Banda de Napoleón. Buenas noticias sobran en este River. Se queda el Muñeco, el presidente confirma que nadie se irá hasta diciembre, y se ve un grupo que continua en la senda de victorias, humildad y buscando la gloria permanentemente.

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