Luego de mucha espera, se disputó el Superclásico del fútbol argentino.  Como en las últimas oportunidade,s los goles no sobraron y, como en la más reciente edición local, la victoria fue para Boca Juniors, por 1-0. 

River Plate presentó un partido extraño, que seguramente no salió como Marcelo Gallardo había planeado. Con un doble cinco conformado por Leonardo Ponzio y Matías Kranevitter, el Millonario se presentaba como para tener la pelota y generar juego con las bandas con Gonzalo Martínez y Carlos Sánchez. Sin embargo, el dominio fue xeneize y la disconformidad del DT se vio reflejada en la pronta salida de Ponzio de la cancha, ya que estaba al borde de la expulsión y sus pases iban siempre a los rivales.

Los planes de Rodolfo Arruabarrena también cambiaron prontamente: antes de los 30 segundos de juego, Fernando Gago cayó de forma muy preocupante sobre el terreno de juego, acusando un fuerte dolor en el tobillo. Los primeros indicios fueron rotura del tendón de Aquiles, pero en los últimos minutos la versión oficial es que no hay rotura, pero sí lesión. Esa acción motivó el ingreso de Nicolás Lodeiro en el Xeneize, cambiando completamente toda táctica.

En líneas generales, Boca tuvo una primer hora excelente, con gran nivel línea por línea y buen nivel en el puesto por puesto. Luego, River comenzó a desesperarse y a tirar a la visita contra su arco, obligándolo a jugar a la contra.

Agustín Orion fue una de las figuras sacando dos pelotas increíbles, la más complicada a Lucas Alario, en la más clara del Millo en todo el partido. Fernando Tobio y Daniel Díaz no tuvieron demasiado trabajo, pero estuvieron firmes en la última línea, aunque algo lentos. Gino Peruzzi fue el mejor de los laterales, a pesar de haber sido muy atacado por su banda por el Pity Martínez.

Con la zaga en orden, el mediocampo cumplió también un papel muy importante, siendo quienes controlaron el juego y los artífices de esa buena posesión que tuvo el Xeneize en el primer tiempo. Rodrigo Bentancur se mostró en gran forma, como intentando redimirse de lo ocurrido en cancha de San Lorenzo, cuando entregó un mal pase y fue responsable del gol del Ciclón en el último minuto. 

Siguiendo por la línea de los volantes, Lodeiro fue quien rompió el marcador a los 19 minutos, capturando una pelota suelta que Marcelo Barovero le había quitado a Carlos Tévez, cuando el Apache intentó gambetearlo. 

Sebastián Palacios volvió a cumplir y también fue partícipe en el tanto xeneize y tanto Marcelo Meli, como Cristian Erbes fueron importantes en la contención. El Vasco, por su parte, acertó en el primer cambio ingresando a Lodeiro, pero el partido recién empezaba y no tenía demasiadas opciones ni análisis posible. Luego, el ingreso de Andrés Chávez fue una clara muestra de intentar aprovechar las contras. 

El punto bajo quizás fue el propio Carlitos Tévez, gran esperanza de La Boca. El ex delantero de la Juventus de Italia apareció poco, un tanto por estar en otra sintonía, seguramente por el cansancio acumulado tras una intensa temporada y los amistosos con la Selección Argentina, y también por la férrea marca de Emmanuel Mammana, que, si bien tuvo algunos errores, no lo dejó respirar.

Si Boca continúa jugando de esta forma y, especialmente, aumenta un poco la eficacia, tiene con qué campeonar. Sólo San Lorenzo y Rosario Central, a quien enfrenta en la última fecha, parecen poder hacerle sombra. Si bien se vienen partidos difíciles (principalmente contra Racing Club, en el Cilindro), el Xeneize tiene con qué y sus seguidores pueden ilusionarse con una nueva vuelta.