El León del mediocampo volvió a aparecer en el equipo titular contra Boca y como de costumbre, salvo en su última actuación en la que fue sustituido en el primer tiempo por Marcelo Gallardo para cuidarlo de la expulsión, fue el mejor jugador ante el clásico rival. Aunque muchos de los once del Millonario tuvieron buen rendimiento, como Lucho González (quien recibió el premio oficial del evento y marcó el gol con una impecable definición), Leandro Vega y Emanuel Mammana, el capitán fue el más regular en todo el partido. 

Además, dicho que en los últimos encuentros ante el equipo dirigido por el Vasco Arruabarrena el volante central estaba condicionado por su juego brusco, hoy se lo vio bastante relajado y aun poniendo en práctica la presión alta que a él lo destaca, las acciones que cometió fueron todas limpias y hasta la tarjeta amarilla que le impuso Federico Beligoy por una falta a Ezequiel Palacios fue dudosa.

Por otro lado, el santafesino fue quien inició la mayoría de las jugadas y quien tomó la voz de mando en el medio tras la libertad que le dieron los Xeneizes. Fue claro con los pases, hizo muchos cambios de frente positivos, salió siempre jugando bien cuando lo encimaron y tuvo una gran sociedad con el ex Porto, que junto con Nicolás Bertolo hicieron una buena labor defensiva para no dejar al cinco sólo en defensa como sucedió con Matías Kranevitter ante Independiente. Aunque con la expulsión de Luciano Monzón todo se hizo más fácil.

Leonardo Ponzio volvió a ser una pesadilla contra Boca, que extrañamente es de destacarse en casi todos los superclásicos siendo que son los encuentros más difíciles para la mayoría de los jugadores. Discutido en su momento, el volante se reinventó en River por sus buenos rendimientos ante el eterno rival y hoy gracias a eso es coreado cada vez que se lo anuncia en el Monumental.