Todo parecía pensar que Mariano Pavone pasaría este año futbolístico en Vélez, sin embargo, la depuración del plantel para reducir costos, sumado a la no clasificación de la Copa Libertadores a manos de un polémico partido de desempate ante Boca hizo que los horizontes del delantero cambiaran a mitad de año.

El hecho de no saber qué hacer con el caso Brian Fernández sumado a la rotura de ligamentos Cruzados del atacante uruguayo Carlos Núñez, hicieron que la dirigencia conducida por Víctor Blanco fueran a buscar a un delantero, pero no debían fallar a la hora de seleccionar al indicado porque no había margen de error.

Es por eso que llega el “Tanque” Pavone un delantero que por su potencia y aguante dentro del área tiene bien ganado ese apodo, pero no se sabía si cumpliría las expectativas en Racing, ni si iba a tener la continuidad que el atacante necesitaba.

Sin embargo los seis goles que había convertido con Vélez (dos a Godoy Cruz, dos a Banfield, uno a Sarmiento y uno a Aldosivi en el comienzo del torneo) eran un buen aliciente de cara a lo que venía pero el jugador tenía muy en claro que corría de atrás en la lucha por conseguir la titularidad que vino a buscar cuando arribó a Avellaneda.

De los 11 partidos que disputó en Racing, el delantero de 33 años,  solamente dos los jugó entre los titulares, mientras que los nueve encuentros restantes los completo ingresando desde el banco de suplentes, la mayoría de las veces fue reemplazando a símbolo de este equipo, Diego Milito.

Desde su llegada tuvo buenas actuaciones y hasta pudo marcar tres goles: dos por el campeonato (Arsenal y Godoy Cruz) y por la Copa Argentina ante Atlanta. 

En líneas generales, Pavone fue un buen recambio cuando se lo necesito y si bien no tiene un poder de reventa por su edad puede ser una pieza clave para cuando Racing y el cuerpo técnico lo necesite.