San Lorenzo comenzó el 2015 con mucha expectativa. De la mano de Edgardo Bauza y con algunos refuerzos de jerarquía, el conjunto de Boedo se ilusionaba con revalidar el título obtenido un año antes a nivel continental. Sin embargo, rápidamente se quedó sin chances en la Copa Libertadores y volvió su mirada al torneo local, donde estaba bien posicionado y con la ambición de un nuevo título.
Sin embargo, luego de un buen primer semestre en el Torneo Julio Humberto Grondona, el Ciclón comenzó a caer en la segunda parte. Los de Boedo no hicieron grandes erogaciones de dinero a mitad de año, como si lo hizo Boca con Carlos Tevez y Fernando Tobio, dos jugadores claves en el conjunto xeneize. Por el contrario, en San Lorenzo solo arribó Álvaro Montero y regresaron de sus respectivos préstamos Nicolás Blandi, Fernando Elizari y Martín Rolle, pero se fueron siete jugadores.
Con poco recambio, el equipo azulgrana comenzó a sentir la cantidad de partidos y varios jugadores comenzaron a caer a causa de algunas lesiones. El primero, y uno de los más importantes, fue Leandro Romagnoli, quien debió ser intervenido quirúrgicamente en su rodilla derecha y, aunque se estimaba que volvería a comienzos del año que viene, regresó en el último encuentro de local para el Ciclón.
Su reemplazante natural era Pablo Barrientos. Pero el volante, surgido de las inferiores del club, sufrió un esguince en la rodilla en el encuentro ante Boca y se perdió dos encuentros claves, ante Huracán (en Parque Patricios) y Racing (en el Nuevo Gasómetro). Luego, lo siguió Sebastián Blanco, venía mostrando grandes rendimientos, que sufrió un desgarro, aunque volvió en un tiempo récord.
Otra de las bajas claves que sufrió el Ciclón fue la de Néstor Ortigoza. El volante sufrió un desgarro en el encuentro entre Paraguay y Argentina y se perdió varios partidos. El ex Argentinos pudo regresar en la última fecha del torneo, cuando San Lorenzo buscaba asegurarse el segundo puesto en el torneo.
Ya a fines de septiembre, el Patón Bauza había advertido que se habían quedado "sin nafta". Sin embargo, San Lorenzo pese a no contar con un gran recambio hizo un torneo digno de un grande y logró clasificarse a la Copa Libertadores.