Arranca el año de buena manera, ya no quedan las dudas que dejó la derrota con Estudiantes, cierra este verano con victorias ante Boca e Independiente y ya puede pensar en Puebla, en el partido de la primera fase de La Copa Libertadores.  Con el equipo B, Racing se impuso por 3-1 en el primer clásico de Avellaneda del 2016.

En los primeros minutos, Independiente se mostraba mejor, eran claves las subidas de Benítez quien molestaba en la banda de Noir y de Schmidt. Así llegó la primera acción del partido, desborde del 7 rojo, centro atrás, y posterior remate de media distancia de “cebolla” Rodríguez que Saja desvió al corner.  La respuesta de Racing no se hizo esperar, asistencia de Romero, de gran partido, para Pereyra que no llegó a conectar de buena manera y la pelota se fue cerca del palo.

Y en un partido parejo, apareció el punto de inflexión, dura patada del torito Rodríguez y roja para el volante rojo. La Academia se adelantó en el campo, tenencia de pelota, y solidez abajo. Se fue diluyendo el primer tiempo con otro gran pase del 10 académico para Pereyra, y este no pudo conectar. Tras esa jugada, llegó un gran cabezazo de Camacho que tapó bien el ruso Rodríguez.

En el inicio de la segunda parte, Racing arrancó adelantado en el campo, aprovechando la superioridad numérica, con paciencia trabajaba cada acción buscando ese momento preciso para dar el pase que rompa líneas y quiebre el marcador. Y esa jugada llegó, Romero trasladó de izquierda al centro y metió una asistencia quirúrgica para Noir, que la picó sobre la salida del 1 de Independiente.

Cuando parecía que el equipo de Sava tenía todo para llevarse por delante al de Pellegrino, en una jugada preparada, Toledo envió un centro al área chica que Lucero cabeceó a gol y llegó el empate. Duró poco la alegría del empate, esa mojada de oreja hizo reaccionar a Racing que en una ráfaga, primero Lautaro Martínez (con otra asistencia del paraguayo Romero) y después Roger Martínez, pusieron el marcador 3-1 y liquidaron el pleito.

Lo que quedó del partido fue para que la gente pudiera disfrutar de la victoria y que bajara el “ole” de las tribunas académicas. Ahora, con el envión de haber ganado el clásico, puede pensar en Puebla.