No hay excusa alguna que valga para el final del clásico platense. El encuentro ponía punto final a los clásicos de verano, de cara al nuevo torneo que comienza el próximo fin de semana. Pero el final que existió fue nefasto.

La esencia del fútbol no deja de ser aquella propia de un espectáculo deportivo. A medida que los años pasaron, los reglamentos se fueron reformulando y toda jugada que tiende a ser peligrosa para otro jugador, debe ser sancionada. Es una forma de cuidar dicha esencia, y por supuesto al resto de los jugadores. Sin embargo, podemos notar una clara involución.

El partido comenzó en Mar del Plata a la hora determinada, y como se esperó, fue con mucha intensidad. Estudiantes buscó el gol venciendo el mediocampo tripero. Fue así que al minuto 17, Auzqui vulneró la defensa de Gimnasia, ganándole territorio a Facundo Oreja, quien no pudo rechazar el centro, del cual derivó el gol al palo izquierdo.

Gimnasia no supo responder, porque a pesar de la buena jugada colectiva, careció de definición.

Luego el partido comenzó a fraccionarse: luego del entretiempo, ya con los jugadores listos para arrancar la segunda mitad, los hinchas de Gimnasia y Esgrima La Plata desplegaron banderas pertenecientes al Pincha, por lo que el árbitro aclaró que si la situación no se normalizaba, suspendía el cotejo.

Luego de que se reanude el enfrentamiento en buenos términos, Pereira vio la roja por una infracción sobre Oreja, quien debió retirarse del estadio en ambulancia por la conmoción. Desde entonces la historia fue otra. El conjunto de Pedro Troglio generó más presión en el ataque, aunque nunca pudo concretar. El marcado aún seguía en favor de Estudiantes.

Cuando el clásico ya estaba por terminar, Trucco decidió expulsar a Bologna por rechazar una pelota fuera del área con la mano, aunque tras una repetición puede observarse que fue con el pecho, quedando bajo los tres palos Bonifacio. Luego de que se ejecute el tiro libre a raíz de ello, una falta de Ascacibar termina con la poca armonía que quedaba en el encuentro. Se desata una batalla campal que impidió que el juego continúe. Las cámaras captaron el momento en que Andújar corre revoleando puños hacia diferentes jugadores de Gimnasia, hasta que cae y Mazzola lo patea fuertemente, mientras otros del Lobo intentan protegerlo de los golpes. Un hecho de lo más lamentable para el fútbol argentino. Cuando se creyó que todo había pasado, los jugadores retornaron al campo de juego a saludar a su gente, y los de Estudiantes fueron en busca de la copa, otro hecho que generó más de un disgusto.