Luego de jugar y ganar agónicamente el miércoles ante Crucero del Norte, Talleres tenía otra dura parada ante Los Andes, equipo que lo seguía de cerca en la tabla de posiciones. El elenco de Lomas de Zamora sólo había perdido una vez y tenía la valla menos vencida, pero el Albiazul, como el conjunto más goleador del certamen, estaba obligado a mostrar credenciales en el Gallardón. Y así fue.

Veamos por qué: el partido, en líneas generales, fue de menos a más. Los primeros minutos fueron aburridos, con un Talleres con intención de salir jugando y con Los Andes esperando para salir rápido al arco de Mauricio Caranta. En un hipotético compacto de la primera media hora del cotejo cuesta encontrar alguna chance de gol, pero fue el local el que tuvo las principales aproximaciones, aunque sin demasiado peligro. Talleres, mientras tanto, ganaba por el sector izquierdo, sin embargo, los centros fueron ejecutados casi siempre mal.

Parecía que el marcador se iba en cero al descanso, pero en un par de minutos hubo dos goles. Talleres fue el primero en anotar: Reynoso abrió muy bien para Solís y este tiró el centro para que Olivera la mandé a guardar. En la jugada siguiente, Solís pudo ampliar, aunque su remate pegó en palo y salió afuera.

Luego hubo lugar para la polémica: off side mal cobrado a Nazareno que derivó en la jugada del gol de Los Andes, que aprovecharon el pésimo cierre de Arias para que Linas, abajo del arco, ponga el partido en parda. Ahora sí, el entre tiempo tenía otra cara.

En el complemento Talleres entró de otra forma, manejando casi siempre la posesión y los tiempos del partido. De a poco, el encuentro se trasladó a campo contrario y el local aguantaba con dos líneas bien compactas. Aún así, el conjunto cordobés empezó a generar situaciones de gol: un disparo de Solís, luego de una gran jugada, que tapó el arquero; y otro remate de Reynoso, que se fue desviado, post apilada del ex Villa Dálmine.

Por momentos el partido entró en una meseta, porque Talleres no tenía muchas ideas en la ofensiva y Los Andes solamente probaban a Caranta de media distancia y sin peligro. Kudelka empezó a mover las piezas: Gutiérrez por Reynoso y, al ratito, el uruguayo tuvo una chance, después de una gran jugada de Solís que terminó rematando él. Al ratito se tuvo que retirar porque se lesionó y su lugar lo ocupó el Indio Barrionuevo.

Sí bien el elenco cordobés tenía la pelota, le costaba llegar con claridad al arco de enfrente. Tanto así que sumó méritos, pero por jugadas aisladas, como la de Strahman, que no dio por perdida una pelota y saco un fuerte disparo que, finalmente, tapó Gagliardo.

En los últimos minutos no pasaba demasiado y daba la sensación de que el empate conformaba a ambos: a Talleres porque le costaba batir a la valla menos vencida del torneo y, a Los Andes, porque se vio superado y nunca buscó el segundo gol. Por este motivo, ingresó Klusener por Eial, a ver si Gonzalo tenía el gol bajo la manga. Pero no iba a ser él, sino Solís quien frotó la lámpara en un momento que el partido estaba en penumbras.

A los 43', Solís la agarró en mitad de cancha y empezó a eludir rivales: uno, dos, tres, llegó a la línea del fondo y tiró centro para Klusener con la fortuna de que su pase rebotó en Gagliardo y terminó adentro. Otra vez sobre el final, Talleres encontraba la ventaja.

Pero el partido no terminó acá ya que Los Andes se acordó de atacar y ahí nomas tuvo su primera chance neta de gol, que tapó Caranta al primer palo. Esa si fue la última. No hubo tiempo para más, Talleres ganó merecidamente y sigue puntero.

Teniendo en cuenta los 90', Talleres fue superior. Si bien le costó un poco en el arranque y encontró la ventaja casi sin merecerlo, por efectividad o poderío ofensivo, como quiera usted llamarlo. No obstante, Los Andes empató por una distracción, pero había justicia en el marcador.

En el segundo acto fue ampliamente dominador, manejando todos los factores del encuentro: cuando el partido estaba lindo, era porque Talleres generaba situaciones; cuando se ponía algo feo, era porque no encontraba la llave del gol y caía en el pecado de los centros. 

El partido pasado lo ganó por una pelota parada, cosa en la que falló muchas veces esta tarde. Otras veces se gana por una jugada asociada, porque hay jugadores que saben con la pelota y son inteligentes. Hoy  ganó porque Solís elaboró una genialidad que le permite al Matador hacer pata ancha a domicilio y agigantar su ilusión por el ascenso.

El dato: Talleres llegó a los 30 partidos como invicto, teniendo en cuenta el Federal A, la Primera B Nacional y la Copa Argentina. Con 21 es el único puntero de la categoría y tiene como escolta a Gimnasia de Jujuy, con 18. 

Por otro lado, desde que Kudelka asumió en el club todavía no perdió fuera de casa. Lleva 21 encuentros sin caer, teniendo en cuenta las categorias mencionadas. ¿La última derrota? El 3 de diciembre del 2014 ante Gimnasia de Mendoza, por el Federal A.

VAVEL Logo
Sobre el autor