Después de un año con pocos partidos para destacar, quizá la goleada a Quilmes por 5-1 en la primera fecha del torneo local o la vencida 4-0 ante Trujillanos en Venezuela, pero en ambos el juego no fue el mejor, River encontró lo que buscaba. No era una locura pensar que Camilo Mayada jugando como volante derecho y la roptura de los dos volantes centrales juntos, Nicolás Domingo y Leonardo Ponzio, podían cambiar el panorama. Con dos ganados, tres empatados y cuatro perdidos en el torneo, el equipo dirigido por Marcelo Gallardo ya está totalmente fuera de competencia, con 9 puntos a 11 del primero que es Godoy Cruz. En cambio, en la Copa está puntero de su grupo con 8 puntos a razón de dos victorias y dos empates.

Y Mayada, ex Danubio, quien tuvo muy poca participación en todos esos encuentros, demostró que tiene todo para ser el "8" de Gallardo. Jugó un partido excepcional, marcó el tercer gol, asistió en el primero e intervino en el tercero.

Además, a pesar de que el equipo en general jugó muy bien, el nivel de Andrés D'Alessandro estuvo uno o dos escalones por encima de todos. Por fin alguien en la cancha lo entendió. La sociedad que formó junto a Mayada, que a su vez se complementó con las constantes subidas de Gabriel Mercado, contagió a todo el equipo. La jugada del primer gol, que es para mirar mil veces, refleja todo lo dicho. El Cabezón pasando entre tres con una pisada de futsal formó una pared con el uruguayo, quien le había dado el pase inicial, que se la devolvió de taco y sólo tuvo que definir de puntín para "sacarse la mufa". También asistió a Mammana en el cuarto gol con un centro impecable

Las claves del éxito: D´Alessandro conductor, laterales que suban, Mayada de 8 y ruptura del doble 5.

A su vez, fue Ignacio Fernández quien también se vio favorecido por el esquema. Demostró su mejor nivel desde que está en Núñez y marcó dos tantos. El primero, nuevamente un desborde del Correcaminos y un centro del goleador de selección para que el ex Gimnasia aparezca en el área y meta un cabezazo. En el último de los seis, una jugada fallida en ataque pero la picardía de Nacho que no dio por perdido el ataque y robó la bocha. Lo único que tuvo que hacer fue definir. 

En tanto a la tarea del resto de las líneas, la defensa y el ataque, fueron minimizadas por el excelente encuentro que tuvo del mediocampo. Lucas Alario, quien hizo el quinto gol, estuvo muy movedizo y pivoteó muchos metros más abajo de lo que acostumbra. Y no lo hizo nada mal, su técnica es cada vez más grande, hace mucho no se ve un centrodelantero tan completo y tan joven en River. Rodrigo Mora fue el asistidor del Pipa, quien nada más tuvo que definir ya que el uruguayo lo dejó de cara al arco, estuvo permanentemente molestando a la defensa rival y corrió más de lo que jugó.

Eder Álvarez Balanta jugó como en los viejos tiempos y no tuvo miedo de ir a anticipar unos metros más adelante, al igual que Mammana que cada vez está mas asentado en el primer equipo, a pesar de que es Maidana el titular, y llegó a su segundo gol. Con respecto a Vangioni, tuvo mucho recorrido y participó más en ataque que en defensa, también de un buen encuentro y buena conexión con Fernández y Balanta.

Es verdad, el rival es muy pobre, el mismo que le había ganado 1-0 en el Pacaembú al Sao Paulo, fue al Monumental a buscar sufrir lo menos posible ya que con 7 puntos está muy bien parado en la tabla de posiciones, segundo por delante del conjunto brasileño que lleva 5. Un tiro libre cerca del arco de Barovero fue lo que más inquietó el rival. El encuentro fue también muy distinto al de Bolivia, donde el dominio de la pelota no fue tanto para el Millonario y aunque el local no mereció el empate, lo consiguió. Pero parece que Gallardo encontró el esquema y la idea de juego. También está claro que su brújula debe ser D'Alessandro y que el equipo tiene que jugar en torno a él, porque es el que sabe, el distinto, el conductor.