Godoy Cruz cayó derrotado esta noche frente a San Lorenzo y perdió el invicto que venía trayendo el conjunto mendocino. De un nivel muy por debajo del esperado, y con llamativos errores en la zona del mediocampo y la delantera; San Lorenzo hizo pocos méritos y mucho tiempo para obtener los tres puntos.

El primer tiempo comenzó bajo el amparo de la lluvia. Noche fría pero que ambos equipos supieron llenar de calor. Un primer tiempo demasiado parejo entre ambos estilos, pero que dista mucho de los últimos partidos.

Si bien fue superior la visita, con Mercier y Ortigoza realizando la pausa y distribuyendo bien el balón. Delante de ellos, Cerutti y Blanco generando riesgos y varios dolores de cabeza para la defensa bodeguera. El remate de afuera del área y a media distancia fue una constante del equipo de Pablo Guede.

En el Expreso, nada de lo que se ha visto en los últimos partidos. Poca constancia con poco despliegue a mitad de cancha y con poca continuidad de juego. Sin elaboración, el equipo de Méndez se vio obligado a recurrir al juvenil Silva. El Monito, con basta asociación junto al Morro García, se supo poner el elenco al hombro y concluyó la mitad del partido siendo figura.

Párrafo aparte para el bastión que tiene el arco mendocino. Rodrigo Rey cumplió con creces y desvió un sinfín de pelotazos que alcanzaron para mantener el cero en el arco local.

Bajo estos aspectos, con una intensa garúa Saúl Laverni mandó a los veintidós al túnel del entretiempo a la espera de que en los segundos 45’ se abra el arco, y se demuestre de porque Godoy Cruz está donde está.

El segundo tiempo comenzó y la paridad volvió a hacerse notoria. En la visita, el ingreso de Cauteruccio permitió mayor gravitación en la delantera Cuerva pero no bastó.

Hasta los ocho minutos y medio, momento en que Guede se jactó de ser visionario y el uruguayo Cauteruccio, se escapó a espaldas de la defensa Bodeguera y anotó la apertura del marcador. Ganaba el Cuervo uno por cero.

Pisando los primeros 15’ de la segunda mitad, San Lorenzo comenzó a cerrar de a poco las líneas de juego obligando a Godoy Cruz a crear el juego desde muy abajo, poniendo a Pol Fernández casi como un nuevo defensor. Godoy Cruz, con Silva continuando como figura, escalaba posiciones en el campo visitante. A esta altura, Abecasis mandó una remontada desde el área de Rey y descargó para el Morro que no pudo dominarla bien y desperdició una clara chance. Se notaba la clara pérdida de rumbo del elenco mendocino, extraño en el elenco local.

A los 20’ de la segunda mitad, Ángel González ingreso por Fernando Godoy, de baja relevancia en el juego. El ingreso de Ángel intentó generar mayor juego colectivo e individual. Poco tiempo después, el Malvinas se movió a los 27’ cuando el Morro puso la testa y el bochazo salió besando el poste derecho de Torrico. A esta altura, ya había ingresado Gastón Giménez por la figura bodeguera, Facundo Silva.

Enseguida, la mufa visitó la pierna derecha del Morro García. A los 29 minutos, tras una corrida memorable de González, entrado fresco, éste tiró el centro rasante que conectó en delantero moreno pero que no pudo mandar adentro en el arco del ex Godoy Cruz. A esta altura del partido, El Expreso manejaba con claridad el desarrollo del juego y se avistaba la entrada de un nuevo delantero.

Fue entonces cuando Méndez se avivó. Entro Javier Correa por el ecuatoriano Jaime Ayoví y la búsqueda del empate comenzaba a ser cuestión de honor.

Pero, cuando la remontada parecía ser la de otros encuentros, Godoy Cruz comenzó a mermar la violencia de los ataques. A estas alturas, el cronometro ya cantaba las cuarenta. El pésimo arbitraje de Saúl Laverni más la lejanía de Godoy Cruz del buen nivel que venía trayendo, las imperfecciones en los pases y el retraso de los once jugadores de San Lorenzo, formaron un cóctel explosivo que hizo que San Lorenzo se llevara los tres puntos a Boedo y además se llevara el invicto que ostentaba el Tomba de local.

Será cuestión de barajar y dar de nuevo al momento de pensar ahora, en Gimnasia de La Plata.