El Millonario, a lo largo del semestre, sufrió altibajos. Llegaba a Bahía Blanca en la línea de los últimos de la Zona 1, con 10 puntos, con una racha de cinco partidos sin ganar en el torneo y con muchas dudas tras la derrota ante San Pablo, por la Copa Libertadores. Con un mix, River ganó en Bahía Blanca, ante un rival de los más débiles del grupo, Olimpo, pero en su cancha, donde La Banda no lograba sumar de a tres desde el año 2004.

Con un equipo con algunos titulares (Marcelo Barovero, Gabriel Mercado de 2, Eder Álvarez Balanta, Leonel Vangioni y Camilo Mayada), y jugadores suplentes que respondieron y que vienen en levantada, caso Milton Casco (que será titular de ahora en más, dada la lesión de Vangioni), Nicolás Bertolo en su puesto de volante por izquierda (el puesto que dejó vacante Ariel Rojas y aún no tiene un dueño indiscutido), Leonardo Pisculichi, que marcó el gol del triunfo (y busca recuperar la confianza que tuvo durante el 2014), y Sebastián Driussi (que en el verano brilló como 9, pero que juega de polifuncional y ayer asistió a Piscu).  Quien sigue bajo es Gonzalo Martínez, lejos de ésa chispa goleadora de las primeras fechas del torneo.

Vangioni, uno más de la enfermería en Nuñez durante 2016.

River va por la vida en un camino irregular. En el torneo, en 9° lugar, con 13 puntos y a ocho de los líderes, Godoy Cruz y San Lorenzo. Sólo quedan cinco encuentros y la chance de pelear por un segundo puesto es casi hipotética, por lo que la meta será sumar lo máximo posible y no terminar tan abajo en la tabla.

La cabeza está puesta en la Copa Libertadores, desde siempre. Octavos de final está a un paso (debe ocurrir una catástrofe para que River quede afuera), pero contra Trujillanos, Gallardo irá con lo mejor para asegurarse el primer puesto. En teoría, es un rival accesible, al cuál se goleó 4-0 en Venezuela (y con suplentes), pero primero hay que jugar. Tras ese duelo, llegará el turno de Boca, que también viene de ganar en el torneo y cuya meta es la Libertadores. Esos partidos aparte, que el Millo necesita ganar para tener su primera gran victoria del año, la que requiere para afrontar lo que venga con confianza.

River y Boca, con la cabeza en la Libertadores.

Un síntoma que describe a River es que sólo un vez pudo ganar dos partidos seguidos (4-0 a Trujillanos y 1-0 a Independiente), por lo tanto, le cuesta mucho mantener una regularidad en ambos frentes, lo explica que en los 16 partidos del año, sólo han habido cinco triunfos riverplatenses. Demasiado poco para un equipo que se armó para pelear ambos frentes.

Con lesionados (Vangioni, a la espera de la evolución de Emanuel Mammana y Jonatan Maiadana) y suspendidos (Leonardo Ponzio), se viene el Superclásico, en el cual, ya de por sí, el Muñeco no contará con Piri ni con Leo, dos de sus pilares, para ninguno de los dos compromisos venideros. La chance de lucirse para Casco y Nicolás Domingo (o Joaquín Arzura, otro buen 5).

Antes de pensar en Boca, hay que sellar el pase a octavos y hacerlo de forma contundente, para llegar con ánimo al duelo del domingo en La Bombonera (un detalle: ante Aldosivi, Boca ganó en un campo de juego muy deteriorado por la lluvia y el barro, y esta semana volverá a jugar allí, contra Deportivo Cali, y luego el Superclásico en el mismo escenario). River, ¿será capaz de mantener la regularidad y que, en Bahía Blanca, se haya gestado un buen punto de partida?