El tiempo corre, las fechas pasan y las posibilidades se nublan. Fueron muchas las situaciones que atravesó Independiente en estas 11 fechas del primer semestre anual. El Rojo vivió una bipolaridad amarga en estos dos meses y medio que llevamos de fútbol en el 2016, ya que pasó por todos los estados anímicos posibles, desde tocar fondo hasta pisar bien alto.

El comienzo fue bueno, un triunfo agónico ante Belgrano en una tarde de lluvia en Avellaneda le sacó una sonrisa al público. Se empezó con el pie derecho y la gente se ilusionaba con la vuelta de Germán Denis. Las 3 próximas fechas fueron un desliz: 2 empates y 2 derrotas que oscurecieron el mundo Independiente. Por la fecha 2 se llevó sólo un punto de Mendoza, donde el siempre difícil Godoy Cruz, quien hoy es rival directo, no le permitió la victoria al Diablo. Luego recibió a Rosario Central, en el Libertadores de América. El ´Canalla´ golpeó duro y se llevó las 3 unidades a Rosario. 

Por la 4ta fecha el clásico ante Racing fue el protagonista del domingo: Independiente iba ganando 1-0 con gol de Leandro Fernández hasta que, a dos minutos del final, Lisandro López lo empató con una chilena soberbia. Baldazo de agua fría. El fin de semana siguiente Independiente visitó el complicado Estadio Monumental, donde Independiente nunca sale ileso: 1 a 0 a favor del ´Millonario´ fue lo que decretó un estado de miseria y escasez en el equipo y desilusión y desesperanza en los hinchas. Momento desgraciado y funesto. Independiente había quedado afuera de jugar la Copa Libertadores, por lo tanto el actual torneo local era la única competición latente en la que se debía ser campeón, pero el presente del equipo no daba ni resultado ni garantías a pesar de ser una sola competencia la que se estaba disputando.

Luego llegaron 3 victorias al hilo ante equipos de menor calibre. Como local vapuleó a Colón por 4 a 1 y conoció nuevamente la victoria luego de cuatro fechas. Por la fecha 7 visitó a Banfield en el Florencio Sola y le ganó 3 a 1 a domicilio, calmando las aguas y escalando un par de puestos en la tabla. La esperanza y las chances de pelear el campeonato florecieron la noche del sábado 19 de marzo, cuando el Rojo venció con lo justo al recién ascendido Patronato de Paraná. Aquí el contexto volvía a tomar color y la perspectiva era otra.

Dos empates consecutivos aminoraron las chances y desesperanzaron a todos: 0 a 0 frente a Sarmiento en Junín y frente a Olimpo en Avellaneda. Pésimos desempeños futbolístico y resultados insuficientes que volvían, otra vez, a bajar la persiana frente a dos equipos de poco renombre. Semanas de tensión y poca paciencia por parte de los hinchas. El último partido fue por la fecha 11: en su visita a Liniers Independiente le ganó bien a Vélez y, tras la derrota de Central y el empate de Godoy Cruz, se acomodó 4to en la tabla a dos unidades de los punteros, San Lorenzo y el ´Tomba´. Éste último fue el mejor partido del equipo en todo el campeonato, pasó por arriba en todas las líneas a su rival, algo que nunca pudo hacer con solvencia en las otras victorias. 

El próximo partido será ante Racing, archirrival histórico, y será determinante el resultado. Las chances están intactas. A una unidad de estar en el podio y a dos de colocarse primero momentáneamente. Desde que al equipo lo dirige Mauricio Pellegrino, Independiente nunca fue capaz de dar los golpes en los momentos justos, es decir, nunca ganó los partidos que debía ganar. Es por eso que no peleó el torneo largo del año pasado, quedó eliminado de la Copa Sudamericana 2015 y quedó afuera de la Copa Libertadores del corriente tras perder la chance frente a su próximo rival, el mismísimo Racing.

El equipo deberá exhibir una muestra de carácter tal que lo catapulte realmente como candidato al título. Es la hora exacta, es el momento adecuado para dar el salto que hasta hora nunca dio. Por la fecha 13 recibirá a San Lorenzo, oponente directo por la lucha del campeonato. Luego visitará a Gimnasia en el ´Bosque´. Son horas decisivas para este Independiente dubitativo. Pero lo que no es ninguna duda es que el domingo se juega mucho.