Tal como había anunciado su director técnico, Facundo Sava, Racing planteó un partido inteligente en La Paz y cosechó un valioso empate 1 a 1 ante Bolívar, que le permitió meterse entre los 16 mejores de América.

La Academia tenía un compromiso difícil, aunque no imposible. Había tenido un gran desempeño en las primeras fechas de la Libertadores y venía primero de su grupo, con dos triunfos y dos empates, pero al perder 1 a 0 contra Boca, el miércoles pasado en el Cilindro, el panorama se complicó.

Los números estaban a su favor: no estaba necesitado de ganar, podía pasar de ronda incluso si perdía por un gol de diferencia. Pero tampoco había que confiarse, ya que su rival no era presa fácil y siempre representa un desafío mayor jugar en la altura.

Racing se paró en la cancha con dos líneas de cuatro, Oscar Romero más adelantado y un único delantero, Lisandro López. A este planteo se debió que su rival tuviera el manejo de la pelota y atacara permanentemente durante la primera mitad, pero sin éxito.

Los locales tuvieron iniciativa pero no supieron generar peligro. Racing se mantuvo ordenado y no se movió demasiado de su esquema, sólo intentó de contra y la única clara que tuvo fue de Videla, que pegó en el travesaño.

En el segundo tiempo, un cambio fue fundamental para tener más ritmo y no quedarse tan atrás: entró Roger Martínez por Romero y La Academia tuvo un poco más de juego.  Sin embargo, a los 68 minutos, Gastón Cellerino anotó para el dueño de casa y todo parecía indicar que se sufriría hasta el final.

La segunda modificación de Sava no se hizo esperar y Yonathan Cabral ingresó a la cancha en reemplazo de Gastón Díaz. Dos minutos después, un cabezazo de Roger le dio la igualdad a Racing, y con ella, la posibilidad de respirar.

Le quedaban 20 minutos al encuentro y Racing fue capaz de mantener la calma, mientras que el equipo boliviano, desesperado, se inclinó por un juego fuerte y apresurado, que no tuvo la claridad ni efectividad que requería.

Ricardo Noir entró por el Licha cuando faltaban cinco minutos y permitió que La Academia atacara más, no padeciera tanto los últimos momentos y finalmente se quedara con el punto y el pase a octavos. Racing demostró que podía y superó el reto. Ahora se permite soñar con la gloria.