Desde que el Profesionalismo irrumpió en el fútbol argentino, los dos clubes de Avellaneda se enfrentaron en 191 oportunidades. Independiente obtuvo 73 triunfos; aquel de 1940 fue el del resultado más abultado.

El Rojo salió a la cancha con Bello; Sanguinetti, Coletta; Franzolini, Leguizamón, C. Martínez; Maril, De La Mata, Erico, Sastre, Zorrilla. El quinteto ofensivo sale de memoria, como tantas otras delanteras de Independiente. Racing, por su parte, tenía como figura estelar al paraguayo Delfín Benítez Cáceres, quien terminó como goleador del certamen con 33 tantos en 34 partidos, junto al español emblema de San Lorenzo, Isidro Lángara. El 11 académico fue: Risso; Salomón, Vidal; Santiso, Narvarte, J. García, Devizia, Zito, Benítez Cáceres, Fila y E. García.

El fútbol de aquel entonces era muy distinto al de hoy en día, y solían verse marcadores con muchos goles. Sin embargo, nadie podia presagiar una diferencia de 7-0 en un clásico. Racing no ganaba en la Doble Visera desde 1934, e Independiente se imponía aún con Arsenio Erico en una de sus últimas grandes temporadas como profesional. El paraguayo marcó 29 goles en aquel certamen. Además, contra Racing se encendía: es el máximo goleador del clásico con 19 gritos.

Hasta los 41 minutos del primer tiempo, nadie podía imaginar lo que sucedería. En ese momento, Leguizamón abrió el marcador y dos minutos más tarde, Erico aprovechó el momento de euforia para poner el 2-0. En el complemento se desataría la goleada: dos goles de Zorrilla, dos de De La Mata y el restante de Erico para sellar su hat-trick. Los últimos tres tantos llegaron en los cinco minutos finales. Pese a la gran campaña y al resultado historico, Independiente no pudo ser campeón: terminó escolta de Boca.

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