Vélez logró rescatar un gran empate en su visita al Monumental. River salió al campo de juego con muchos suplentes y juveniles, pensando más en el encuentro de regreso ante Independiente del Valle por la Copa Libertadores y no supo aprovechar la expulsión de Fausto Grillo a los 33’ del primer tiempo. El resultado fue un homenaje a la falta de eficacia de ambos equipos.

Los primeros minutos del encuentro denotaban un partido de ida y vuelta, con llegadas de ambos equipos. Por el lado local, Pisculichi erró un cabezazo tras un buen centro de Lucho González, y en la visita, Toledo desbordó por izquierda y mandó un pase preciso a la cabeza de Alvarenga, pero este se perdió un gol increíble, en parte por los buenos reflejos de Batalla, que hacia su presentación en el Monumental.

Esté era el partido que todos habíamos venido a ver, con juego en el medio campo y con llegadas a los arcos, pero Fausto Grillo modificó la historia del encuentro con su expulsión por doble amarilla. Christian Bassedas en una primera decisión pidió a Somoza que baje a jugar de central mientras Emiliano Amor realizaba el calentamiento previo para poder ingresar. Toda la incertidumbre que existió en la semana por saber quién sería el jugador que acompañe a Cristian Nasuti en el fondo del campo tuvo el peor desenlace.

A partir de la expulsión, Vélez modificó sus líneas. Tuvo que sacrificar a Alvarenga para que ingrese Emiliano Amor y poder rearmar la defensa. Aquí empezó otro partido, uno en el cual Vélez fue decayendo con el correr del tiempo debido al cansancio físico y en el que River inclinó la cancha a su favor pero que no supo concretar en goles.

Ya en el segundo tiempo, River se adueñó prácticamente del encuentro y Vélez solo apelaba a alguna contra que pueda armar uno de sus jugadores más desequilibrantes como Hernán Toledo, que cuando tenía la pelota en sus pies por lo menos la defensa de su equipo descansaba de las incesantes llegadas del conjunto de Gallardo.

River tuvo tres jugadas muy claras para abrir el marcador, pero no pudo. En la primera, Lucho González debajo del arco se perdió un gol insólito ya que solo tenía que empujarla. En la segunda, el juvenil Andrade, definió cruzado tras un centro pasado de Martínez, pero su remate se estrelló en el palo. Y en la última, tras un centro de pelota parada de Pisculichi, Vega conectó de cabeza y con un arquero ya vencido, el balón volvió a tener el mismo final, el mismo palo y el arco en cero.

Se puede evaluar que River no tuvo eficacia de encara al gol y que no jugó con sus principales hombres, pero sobresale la personalidad que tuvo el equipo de Bassedas, pese a tener un jugador menos en gran parte del encuentro, que supo aguantar y se trajo un buen punto del Monumental. No se ganó, pero se empató y es noticia. El primer empate del torneo en 13 fechas que disputó Vélez.